El mundo se despide del papa Francisco, quien falleció el lunes a los 88 años. Una decisión sorprendente ha marcado su legado: eligió ser sepultado en la hermosa Basílica de Santa María La Mayor, en lugar de la cripta vaticana, revelando su profundo vínculo espiritual con la Virgen.

La ‘Salus Populi Romani’, un ícono de la protección y salud de los romanos, fue la razón detrás de su elección. Esta imagen bizantina de María sosteniendo al Niño Jesús, según la tradición, fue creada por San Lucas, patrón de los pintores.

El Papa y su Devoción a la Virgen

Desde su ascenso al papado en 2013, Francisco mostró una devoción inquebrantable hacia esta Virgen, acudiendo a ella antes y después de cada viaje apostólico que emprendía. Su primer acto tras salir del hospital Gemelli el 23 de marzo, luego de 38 días de tratamiento por serios problemas respiratorios, fue visitar este sagrado ícono.

Esa conexión se hizo aún más evidente cuando el 27 de marzo de 2020, durante la pandemia, llevó a la ‘Salus Populi Romani’ a la plaza de San Pedro, implorando el fin del sufrimiento mundial.

Eligiendo un Reposo Diferente

A diferencia de su predecesor Benedicto XVI, quien fue sepultado en la cripta de San Pedro, Francisco optó por una pequeña capilla dentro de Santa María La Mayor. Este templo, ubicado en la emblemática colina del Esquilino, es una de las cuatro basílicas papales de Roma.

Una Iglesia con Historia Milagrosa

Con raíces que se remontan a la época de los primeros cristianos, la Basílica también cuenta con una increíble historia: se dice que la Virgen se apareció en sueños a una familia patricia y al papa Liberio en el año 352 d.C., indicando el lugar donde debía levantarse un templo.

El 5 de agosto, este sitio amaneció cubierto de nieve, un milagro que se celebra cada año, lanzando pétalos o copos artificiales al aire. A diferencia de otras basílicas, Santa María La Mayor ha mantenido su estructura original de origen paleocristiano.

Vínculos Históricos con la Corona Española

La relación entre esta basílica y la Corona española es notable. El papa Alejandro VI encargó su majestuoso artesonado utilizando oro proveniente de América, traído por decisión de la reina Isabel La Católica. Además, una estatua del rey Felipe IV, benefactor de la iglesia, aún se erige en su entrada.

El papa Pío XII, en 1953, reconoció los 'privilegios honoríficos' de España hacia la basílica. Tradicionalmente, los monarcas españoles han actuado como 'protocanónigos honorarios', y Juan Carlos I y doña Sofía visitaron el templo en enero de 2018, reafirmando esta conexión.