¡Alerta económica! Se modera el déficit, pero la deuda externa se dispara y las reservas caen
2024-11-18
Autor: Martina
Durante el tercer trimestre de este año, la cuenta corriente de Chile registró un déficit de US$ 3.140 millones, equivalente al 3,9% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que eleva el saldo negativo acumulado a un 2,7% del PIB, según informó el Banco Central. Esta moderación en el déficit se produce en un período de tensiones económicas que afectan a la región.
El desbalance en la cuenta corriente se debe principalmente a los saldos deficitarios en las rentas y la balanza comercial de servicios, aunque se vio parcialmente compensado por un superávit en la balanza comercial de bienes. Este hecho resalta la dependencia de la economía chilena de las importaciones.
El informe también destaca que, a pesar de las dificultades, la economía chilena tuvo un crecimiento leve, superando las expectativas en el tercer trimestre. Sin embargo, las proyecciones futuras siguen siendo inciertas en medio de la volatilidad económica global.
La cuenta financiera mostró entradas netas de capital de US$ 4.261 millones, destacando la inversión extranjera directa (IED) en el país, factor crucial para el desarrollo económico. No obstante, la inversión de cartera reportó salidas netas de US$ 1.063 millones, influenciada por un aumento significativo en los activos en el extranjero, lo que genera preocupaciones sobre el impacto local de estas decisiones.
La posición de inversión internacional neta fue de US$ 64.242 millones, aumentando su saldo deudor en comparación con el trimestre anterior. Esta dinámica refleja la creciente presión sobre las finanzas nacionales y la necesidad de inversiones estables.
La alarmante cifra de la deuda externa alcanzó los US$ 254.443 millones, lo que representa un incremento de US$ 10.781 millones y equivale al 76,1% del PIB. Este aumento generalizado afecta significativamente al Gobierno y al sector empresarial, con un incremento en los compromisos de deuda de US$ 5.358 millones y US$ 3.733 millones respectivamente. La emisión de bonos y nuevos préstamos son factores que han contribuido a esta situación, vinculados a la revalorización de activos en un entorno de menores tasas de interés.
En el sector bancario, las entidades financieras y las empresas de inversión directa también vieron un aumento en su deuda. Las fluctuaciones en el tipo de cambio, así como la emisión de nuevos títulos de deuda, son elementos que complican aún más el panorama económico.
La deuda de corto plazo se sitúa en US$ 61.735 millones, con las empresas siendo responsables de la mayor parte de los futuros compromisos de pago. Este asunto está generando críticas sobre la sostenibilidad de las finanzas empresariales en el contexto actual.
En cuanto a la moneda de denominación, un preocupante 80,7% de la deuda está en dólares estadounidenses, mientras que sólo un 7,2% está en euros y otro 7,2% en pesos chilenos, lo que pone de relieve la vulnerabilidad de Chile ante un eventual fortalecimiento del dólar.
Este escenario complicado plantea preguntas sobre el futuro económico de Chile y la capacidad del país para manejar su creciente deuda externa, que podría repercutir en la estabilidad económica a mediano y largo plazo.