Un hongo mortal conocido como Candida auris, considerado una "amenaza urgente" por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), ha mostrado un alarmante aumento en su propagación. Este organismo fúngico se distingue por causar infecciones serias, además de su resistencia a los tratamientos antimicóticos, lo que hace que las infecciones sean difíciles de tratar.

Candida auris no representa un peligro para la población sana en general, pero su propagación es especialmente rápida en hospitales y centros de atención médica, donde los pacientes suelen tener sistemas inmunológicos comprometidos. Se ha observado que afecta principalmente a enfermos con condiciones críticas que dependen de dispositivos médicos, como sondas y catéteres, lo que incrementa el riesgo de infecciones.

Un estudio reciente publicado en la revista American Journal of Infection Control el 17 de marzo revela que los casos de C. auris han escalado considerablemente en Estados Unidos. Los investigadores del Sistema de Salud Jackson en Miami, Florida, analizaron datos entre el 1 de abril de 2019 y el 31 de diciembre de 2023 y encontraron que los cultivos clínicos con C. auris aumentaron significativamente, reflejando una expansión de las fuentes de infección.

Las cifras son contundentes: en 2019 se registraron solo 5 casos, y el número ha crecido constantemente: 29 en 2020, 71 en 2021, 107 en 2022 y 115 en 2023. Este aumento no solo se limita a los hemocultivos, que son la fuente más habitual, sino que también se ha observado un crecimiento notable en infecciones de tejidos blandos y huesos en los últimos dos años.

Más alarmante resulta la situación en Georgia, donde, según JoAnna Wagner del Departamento de Salud Pública, se han reportado hasta 1.300 casos hasta finales de febrero. Wagner subrayó que muchos desinfectantes utilizados en hospitales no son eficaces contra C. auris, lo que plantea serias preocupaciones sobre la controlabilidad de esta amenaza.

Timothy Connelly, médico en Memorial Health en Savannah, mencionó que han tenido intermitentemente hasta cuatro pacientes infectados al mismo tiempo en los últimos meses. Este dato pone de manifiesto la magnitud del brote.

Recientemente, los CDC han clasificado a C. auris como una "amenaza urgente de resistencia a los antimicrobianos (RA)", alarmándose por la velocidad de su propagación en centros de salud entre 2020 y 2021. La Dra. Meghan Lyman, epidemióloga de los CDC, advirtió sobre la necesidad imperiosa de vigilancia continua, capacidades de laboratorio mejoradas, diagnósticos más rápidos y el cumplimiento estricto de medidas de prevención de infecciones.

Con esta situación en aumento, es fundamental que tanto los profesionales de la salud como los pacientes estén informados y adopten medidas preventivas adecuadas para evitar la diseminación de este temible hongo.