Este domingo, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, y el jefe de Misión Adjunto de la Embajada de Estados Unidos en Chile, Richard Yoneoka, establecieron un ambicioso acuerdo para colaborar en el control de las fronteras y en la lucha contra el crimen organizado. Esta estrategia es crucial para mejorar la seguridad nacional, según anunciaron fuentes del Gobierno.

Con el alarmante aumento de la criminalidad en el país, una delegación de funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos realizó una visita a puntos críticos en la frontera chilena, como Colchane, en la frontera con Bolivia, y Chacalluta, en la frontera con Perú. El objetivo de esta misión fue evaluar las estrategias implementadas por Chile y reconocer tanto los logros como los desafíos que enfrenta el país en términos de seguridad fronteriza.

"La cooperación con el Departamento de Seguridad Nacional es vital para controlar y asegurar nuestras fronteras en la lucha contra las organizaciones criminales, que han crecido significativamente en los últimos años", subrayó Monsalve durante la reunión con la delegación en La Moneda, lugar donde se presentaron los hallazgos de la visita.

Por su parte, Yoneoka destacó la importancia de fortalecer los lazos entre ambos países y de compartir información valiosa y mejores prácticas para enfrentar los problemas que afectan a las fronteras.

La búsqueda de colaboración con Estados Unidos surge en un contexto alarmante para Chile, donde la llegada del crimen organizado internacional ha colocado a la seguridad como la principal preocupación de los ciudadanos, incluso por encima de cuestiones económicas como la inflación y el desempleo.

Las estadísticas son preocupantes: la tasa de homicidios ha escalado notablemente, pasando de 4,5 asesinatos por cada 100.000 habitantes en 2018 a 6,3 en 2023. Este aumento ha llevado al Gobierno a desplegar diversas iniciativas para abordar la crisis, incluyendo el mayor incremento en el presupuesto para seguridad de los últimos ocho años en 2024. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, los índices de criminalidad continúan creciendo, lo que ha impulsado al Ejecutivo a buscar urgentemente el apoyo de Estados Unidos para afrontar este desafío monumental.