La reciente alianza entre Codelco y SQM para explotar el salar de Atacama ha desatado una serie de reacciones en el mercado, especialmente probadas por el grupo Errazuriz, que está a la vanguardia del negocio de potasio a través de su filial Cosayach. Este acuerdo, que parece haber pasado casi desapercibido para la opinión pública, no solo implica la extracción conjunta de litio, sino que también permite la producción de potasio, un componente esencial en los fertilizantes que son cruciales para la agricultura chilena.

Este pacto fue delineado en un Memorándum de Entendimiento (MoU) en diciembre del año pasado y ratificado el 31 de mayo. Uno de los puntos controversiales incluye que SQM mantendrá el 100% de las ganancias generadas por la producción de potasio hasta 2030, generando preocupaciones sobre la competencia futura en el mercado.

Detalles específicos del contrato revelan que la alianza formaliza un acuerdo de offtake en que SQM recibirá la totalidad de los productos de potasio de la nueva compañía a partir de su formación. Estos productos incluyen cloruro de potasio, carnalita de potasio y otros derivados, todos provenientes de la rica salmuera del salar de Atacama.

Errazuriz ha iniciado un movimiento para que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) analice estos términos, argumentando que otorgan a SQM un poder exclusivo que podría verse como un riesgo para la competencia. El grupo sostiene que, al garantizarse el acceso exclusivo al potasio, SQM podría perpetuar su dominación no solo en el ámbito nacional, sino también en el mercado global de nitrato de potasio.

De hecho, ERrazuriz ha subrayado que la falta de nuevos actores en el mercado de potasio, que tiende a operar bajo un esquema oligopólico, podría llevar a un aumento en los precios de los productos esenciales para la agricultura. Un ejemplo impactante es que, en 2023, los agricultores debieron importar cloruro de potasio a un precio promedio de US$ 610 por tonelada, mientras que SQM exportó el mismo producto a US$ 353 por tonelada.

Si esta situación persiste, se estima que los costos adicionales para los agricultores podrían ascender a casi US$ 30 millones anuales. Este análisis es aún más alarmante si consideramos que, en una proyección a más largo plazo, con la expiración del actual contrato de arrendamiento entre Corfo y SQM en 2030, la situación podría ser crítica si no se permite una mayor competencia en el mercado.

SQM, que ha estado expandiendo su influencia en el sector desde 1986, ahora está compitiendo ferozmente también en el ámbito del potasio. Con tres equipos dedicados a I+D, la minera busca aplicaciones innovadoras de sus productos, incluyendo nuevos usos para el nitrato de sodio y potasio en tecnologías de energía renovable.

Sin embargo, a pesar de su crecimiento, el sector de potasio a penas representa el 2% de los ganancias netas de SQM hasta junio de 2024. De cara al futuro, la industria del potasio podría ser un campo de batalla crucial donde se decidirá quién controlará los precios y, en última instancia, la viabilidad económica de la agricultura chilena. ¡El futuro del potasio está en juego y las ramificaciones de esta alianza entre Codelco y SQM podrían ser profundas!