Los trabajadores de Stellantis, la famosa antigua Fiat, junto con empleados del sector automotriz en Italia, han decidio levantar la voz y convocar a una huelga el próximo 18 de octubre. ¿La razón? Una alarmante disminución de producción del 36% en comparación con el año pasado, lo que ha encendido las alarmas sobre la situación actual de las fábricas.

Los temores se centran en una posible crisis que podría replicar la situación crítica que enfrenta Volkswagen en Alemania, donde se están planeando despidos y el cierre de algunas plantas debido a la reducción del mercado.

Los sindicatos más influyentes del sector, como FIM-CISL, FIOM-CGIL y UILM, han expresado enérgicamente que es crucial recibir respuestas tanto de la Unión Europea como del Gobierno italiano y de Stellantis. "La situación es muy grave", afirman, subrayando la necesidad de una intervención inmediata y efectiva para evitar un colapso total.

En su comunicado, los sindicatos también han señalado que la baja producción está vinculada a la “progresiva transferencia de producción de componentes a otros países”, lo que agrava aún más la situación de las empresas asociadas. Los trabajadores están pidiendo un cambio urgente en la dirección industrial para preservar tanto los empleos como la producción.

Stellantis cuenta con diversas fábricas en Italia, siendo la planta Mirafiori de Turín la más grande, que representa el corazón de la producción de Fiat. En total, aproximadamente 40,000 personas están empleadas en Stellantis, mientras que alrededor de 160,000 trabajadores dependen del sector automotriz y sus empresas componentes en todo el país.

Este llamado a la huelga no solo es un grito de auxilio, sino un claro mensaje sobre la necesidad de políticas industriales más robustas que respalden al sector automotriz en Italia. La pregunta en la mente de muchos es: ¿podrá el país evitar una catástrofe industrial, o estamos ante el inicio de una nueva crisis automotriz en Europa?