Desde que se lanzó la primera alarma sobre el COVID-19 en 2019, el mundo ha enfrentado innumerables retos en su lucha contra este virus devastador. Hasta la fecha, se han reportado más de 776 millones de casos de COVID-19 en todo el mundo, con más de 7 millones de muertes, revelando la magnitud de esta crisis sanitaria global. Sin embargo, ahora más que nunca, la pandemia sigue latente, y su impacto se siente con fuerza en Estados Unidos.

Recientemente, los expertos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han señalado un alarmante aumento en los casos de COVID-19 en el país. Este incremento se ha registrado en un contexto donde las tasas de vacunación de refuerzo son escasas, lo que reabre interrogantes sobre la efectividad de las medidas de salud pública. Jeffrey Townsend, profesor de Bioestadística de la Facultad de Salud Pública de Yale, enfatizó: “La pandemia de COVID-19 sigue siendo una amenaza real y peligrosa”.

En Estados Unidos, no solo han aumentado los casos de COVID-19, sino también las visitas a emergencias, hospitalizaciones y muertes relacionadas. Las últimas estadísticas indican que la vigilancia de aguas residuales, una herramienta crítica para la detección temprana de brotes, muestra que los niveles de virus comenzaron a incrementarse significativamente hace aproximadamente un mes.

Paralelamente, se informa de un nuevo brote en China relacionado con un virus conocido como metaneumovirus humano (HMPV), que produce síntomas similares a los de la gripe y COVID-19. Las autoridades sanitarias chinas están monitoreando de cerca esta situación, que podría indicar una nueva ola de infección en la región.

Los expertos atribuyen el aumento de los brotes a dos factores clave: la aparición de nuevas variantes y el nivel de inmunidad de la población, ya sea por vacunación o por infecciones previas. Sin embargo, según las cifras, solo el 21.4% de los adultos y el 10.3% de los niños han recibido la nueva vacuna de refuerzo, lo cual es insuficiente para lograr una protección efectiva.

De acuerdo con el CDC, una de las mayores preocupaciones en este momento radica en el bienestar de las personas mayores, quienes son las más susceptibles a sufrir complicaciones graves y, en algunos casos, a morir a causa del COVID-19. Las estadísticas revelan que alrededor del 5.3% de los adultos en EE.UU. han reportado síntomas actuales de COVID-19 prolongado, un efecto que ha sido una sombra persistente de la pandemia.

Históricamente, los casos de COVID-19 tienden a aumentar de manera consistente a principios de noviembre, alcanzando su pico a finales de diciembre. Sin embargo, este año se observó un descenso hasta los niveles más bajos jamás registrados durante los meses de octubre y noviembre, solo para experimentar un repunte significativo en diciembre, especialmente en el Medio Oeste, donde los casos casi se duplicaron.

Este aumento puede estar relacionado con la circulación de nuevas variantes del virus, incluida la variante XEC, que ha emergido como dominante y compuesto por hibridaciones de subvariantes anteriores. Los CDC han señalado que muchas de estas nuevas variantes pueden evadir la inmunidad ya adquirida, lo que subraya la importancia de la vacunación continua y las medidas de precaución.

Las últimas estimaciones del CDC indican que la variante KP.3.1.1 se ha convertido en la más prevalente en EE.UU., representando entre el 54% y el 60% de los casos, mientras que XEC representa entre el 14% y el 22%, con una tendencia al alza.

La buena noticia es que se espera que la vacuna contra el COVID-19 para la temporada 2024-2025 ofrezca una protección mejorada frente a estas variantes, lo que podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedad grave. Sin embargo, las autoridades subrayan que no hay que bajar la guardia y que es vital continuar utilizando medidas de prevención, incluida la vacunación, el uso de mascarillas y el distanciamiento social, para protegerse a uno mismo y a nuestra comunidad.

Por lo tanto, es esencial que todos sigamos atentos a estas actualizaciones y hagamos todo lo posible por mantenernos a salvo en este peligroso regreso del COVID-19.