A sus 76 años, Geoffrey Hinton, un destacado informático de la Universidad de Toronto, ha sido galardonado con el premio Nobel de Física junto a John Hopfield de Princeton, en reconocimiento a sus revolucionarios descubrimientos que facilitaron el aprendizaje de la Inteligencia Artificial (IA).

Sin embargo, en un giro paradigmático, Hinton no solo celebra su éxito, sino que lanza aldabonazos sobre los potenciales peligros de la IA que él mismo ayudó a desarrollar. Durante una conferencia de prensa tras recibir su premio, Hinton sentenció: “No tenemos experiencia sobre lo que significa tener entidades más inteligentes que nosotros”.

La advertencia no es ligera: el científico predice que en el futuro podría haber un punto crítico donde la IA intente ejercer control sobre la vida humana, similar a la narrativa apocalíptica que hemos visto en éxitos de taquilla como *Terminator*.

Hinton, que trabajaba en Google hasta 2023, decidió abandonar su puesto debido a sus inquietudes sobre el rápido avance de la AI. Su postura es clara: detener el desarrollo de esta tecnología hasta que se garantice la seguridad de su evolución. Se plantea que, dentro de 5 a 20 años, existiría un 50% de probabilidad de que enfrentemos un desafío existencial por parte de la IA.

“A pesar de que la IA puede ser asombrosa en ámbitos como la atención médica, no podemos ignorar los riesgos”, añadió, haciendo referencia a la posible falta de control sobre sistemas que podrían volverse autónomos. La transformación digital, aunque prometedora, también nos enfrenta a un entorno donde la verdad se diluye, lleno de información falsa que puede ser indistinguible para el usuario común.

“Las personas ya no sabrán qué es verdadero y qué es falso”, advirtió Hinton, sobre todo en un contexto en el que los chatbots avanzan rápidamente. La combinación de chatbots más inteligentes y la manipulación de líderes autoritarios presenta un escenario “aterrador” que debería preocuparnos a todos.

Además, el impacto de la IA en el mercado laboral es inminente. Hinton deseaba que la tecnología complementara a los humanos, pero teme que en realidad sustituya millones de empleos, estableciendo un precedente donde el trabajo se redefine drásticamente. “La IA puede eliminar el trabajo pesado y mucho más”, expresó.

Uno de sus temores más grandes involucra la creación de armamento autónomo y la posibilidad de que las máquinas se transformen en “robots asesinos”. Hinton ha estado observando cómo los sistemas de IA pueden adquirir comportamientos inesperados debido a la gran cantidad de datos que procesan, lo que plantea serias inquietudes sobre su manejo.

“Las compañías están permitiendo que la IA genere y ejecute su propio código. Antes creía que esto estaba muy lejos. Hoy, veo que no es así”, aclaró Hinton, reflexionando sobre cómo la competencia entre gigantes como Google y Microsoft puede desencadenar una carrera descontrolada hacia la innovación, sin regulaciones internacionales claras.

A diferencia del control que se tiene sobre armas nucleares, no existe un protocolo que impida que empresas o gobiernos desarrollen IA en secreto. Mientras Hinton destacó los esfuerzos responsables de Google hasta 2022, la creciente competencia con Microsoft ha desatado un desafío constante que puede tener repercusiones serias para la humanidad.

Por todo esto, Hinton decidió renunciar a su cargo en Google, llevando su lucha a la esfera pública, para poder hablar abiertamente sobre los peligros de la IA sin las limitaciones del interés corporativo. En un mundo donde el equilibrio entre progreso y seguridad es más inminente que nunca, la advertencia de Hinton resuena: “Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde”.