Las embajadas de Italia y Grecia en la capital ucraniana, Kiev, han anunciado su cierre al público este miércoles, siguiendo la advertencia emitida por Estados Unidos sobre un potencial ataque aéreo de alta intensidad por parte de Rusia.

La Embajada de Estados Unidos informó a través de su página web que se esperaba un ataque aéreo el 20 de noviembre, por lo que su sede permanecerá cerrada al público, aunque seguirá operativa en términos de asistencia para emergencias. Esta decisión ha generado preocupación entre la comunidad internacional y resalta la escalofriante tensión en la región.

En un mensaje dirigido a los nacionales italianos en Ucrania, la embajada instó a sus ciudadanos a tomar precauciones y buscar refugio inmediato en caso de alertas aéreas, reiterando la importancia de respetar las medidas de seguridad.

España fue la primera en unirse al cierre de embajadas, alertando sobre el riesgo elevado de ataques aéreos. Las autoridades españolas recomendaron a los ciudadanos extremar las medidas de seguridad y estar atentos a las indicaciones dadas por las autoridades locales, asegurando que cualquier necesidad se podría solventar a través de correo electrónico.

Mientras tanto, la embajada de Grecia también comunicó que, por razones de seguridad, no estará abierta al público, instando a los ciudadanos a mantenerse en lugares seguros y evitar desplazamientos innecesarios.

Reino Unido sigue de cerca la situación y está evaluando la seguridad de su personal en Kiev en medio de esta creciente incertidumbre. Las autoridades ucranianas han advertido que Rusia se está preparando para lanzar un ataque masivo, afirmando que el país vecino ha estado acumulando misiles balísticos y de crucero durante meses, anticipándose a una serie de ofensivas potenciales.

El jefe del Centro contra la Desinformación del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, Andrý Kovalenko, destacó que entre los misiles en poder de Rusia se encuentran los peligrosos Kh-101 y Kalibr. Esta escalada de tensión se ve agravada por el uso reciente de misiles balísticos estadounidenses ATACMS por parte de Ucrania, que fueron autorizados para atacar objetivos militares en territorio ruso, específicamente en la región de Kursk.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha amenazado con una dura respuesta ante cualquier ataque dirigido a su país, considerándolo como una provocación justificada para una posible escalada militar, incluso con armamento nuclear. Las tensiones han aumentado y los expertos están en alerta ante la inminencia de un ataque que podría cambiar drásticamente el rumbo del conflicto, derivando en una implicación más directa de naciones occidentales en la lucha contra Rusia.

La situación es crítica y cada movimiento se monitoriza con suma atención. El futuro de la región pende de un hilo mientras el mundo observa con expectación y preocupación. ¿Estamos ante la antesala de un conflicto sin precedentes?