La NASA ha descubierto una preocupante fuga de aire en uno de los módulos de la Estación Espacial Internacional (EEI), lo que ha llevado a la agencia a mantener conversaciones urgentes con Roscosmos, la agencia espacial rusa responsable de esa sección.

Según informes de CNN, esta fuga está comprometiendo la presión interna necesaria para la supervivencia de los astronautas en órbita. A pesar de los esfuerzos de los ingenieros rusos por sellar las áreas afectadas, un reciente informe de la NASA sugiere que la situación es 'crítica'.

Bob Cabana, exastronauta y actual presidente de la comisión asesora de la EEI, expresó: "Hemos manifestado nuestra preocupación por la integridad estructural del módulo en cuestión y la posibilidad de un fallo catastrófico". Este serio problema ha encendido las alarmas sobre la seguridad de la tripulación a bordo de la estación, que tiene más de 20 años de operación continua.

Es importante recordar que la EEI necesita mantener una presión adecuada para que los astronautas puedan respirar; cualquier fuga puede alterar esta delicada situación. Las consecuencias de un fallo catastrófico en la EEI serían devastadoras: no solo se pondría en riesgo la vida de los astronautas, sino que también se verían interrumpidas importantes investigaciones científicas que se llevan a cabo en el espacio.

El origen de esta fuga se remonta a 2019, cuando se detectó por primera vez en un túnel que conecta el módulo ruso Zvezda con un puerto de acoplamiento de naves. Sin embargo, este año la pérdida de aire ha aumentado drásticamente, alcanzando un nivel máximo preocupante.

Las conversaciones entre la NASA y Roscosmos están marcadas por la incertidumbre: "Los rusos creen que es seguro continuar las operaciones, pero no pueden demostrarlo a nuestra satisfacción", añadió Cabana. Por su parte, Estados Unidos considera que la situación no es segura, pero enfrenta el mismo dilema de poder convencer a sus aliados rusos.

En un intento por resolver este conflicto, Estados Unidos ha solicitado la formación de un equipo de expertos independientes para evaluar la fuga y llegar a un consenso. La NASA ya ha reunido a sus representantes, pero Rusia aún no ha cumplido con su participación. Este retraso añade una capa extra de preocupación sobre la seguridad y la operatividad de la EEI en los próximos meses.

Con la EEI envejeciendo y los desafíos tecnológicos incrementándose, la comunidad científica y el mundo entero estarán observando de cerca los próximos pasos de ambas agencias. ¿Podrán llegar a un acuerdo a tiempo para garantizar la seguridad de los astronautas? ¡Estaremos atentos!