Recientes investigaciones han mostrado que las superexplosiones solares, esos potentes fenómenos que pueden devastar nuestro planeta, son en realidad más frecuentes de lo que se pensaba anteriormente. Según un estudio reciente publicado en la revista Science, estas explosiones ocurren alrededor de una vez cada siglo y la energía liberada equivale a 16 trillones de bombas atómicas estallando al mismo tiempo.

El estudio examinó más de 56,000 estrellas similares al Sol durante cuatro años y encontró que se registraron 2,889 superexplosiones en 2,527 estrellas, cifra que indica que estos eventos son mucho más comunes de lo que se estimaba antes, que era cada mil o diez mil años.

El impacto potencial de las superexplosiones solares en la Tierra podría ser devastador. Ya estamos sintiendo las consecuencias de la actividad solar. Por ejemplo, la famosa tormenta solar de 1859 causó el colapso de las redes telegráficas en Europa y América del Norte; dicha tormenta sólo liberó una pequeña fracción de la energía de una superexplosión. Históricamente, el evento más potente fue registrado en el año 775 d.C., con al menos ocho eventos extremos más documentados en los últimos 12,000 años, gracias al análisis de anillos en troncos de árboles antiguos y núcleos de hielo glaciar, que conservan trazas de átomos radioactivos.

El Dr. Valeriy Vasilyev, principal autor del estudio, expresó su sorpresa ante la alta frecuencia de estas explosiones en estrellas similares a la nuestra, aunque señala que nuestro campo magnético ofrece cierta protección contra la radiación intensa. No obstante, expertos advierten que una explosión solar de tal magnitud tendría consecuencias desastrosas para nuestra infraestructura tecnológica.

En medio de esta preocupación, surgen noticias alentadoras: la comunidad científica está trabajando en sistemas de alerta temprana. La Agencia Espacial Europea (ESA) planea lanzar la sonda Vigil en 2031, que contribuiría a prever estos eventos y mitigar sus efectos nocivos. Mientras tanto, los científicos se mantienen activos en la investigación de estos fenómenos, buscando entender mejor su comportamiento y la frecuencia con que ocurren.

¡Mantente informado y prepárate! Las superexplosiones solares son una realidad a la que debemos prestar atención para proteger nuestro planeta y tecnología.