En un país donde cientos de miles de adultos son reportados como desaparecidos cada año, el fenómeno de huir de la vida cotidiana se ha vuelto cada vez más relevante. Ryan Borgwardt, Hannah Kobayashi y Luigi Mangione provienen de diversos entornos, pero comparten un común denominador: todos decidieron dar un giro radical a sus vidas, dejando atrás trabajos, familias y amigos.

Según la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), muchos de estos casos son intencionales y motivados por una variedad de presiones, que van desde problemas laborales y financieros hasta crisis emocionales. Andrew McCabe, ex subdirector del FBI, señala que los adultos a menudo se sienten abrumados y optan por reanudar sus vidas en otro lugar, lejos de las responsabilidades que los asfixian.

La historia de Kobayashi ilustra este punto: tras expresar su deseo de desconectar de la tecnología, fue declarada desaparecida voluntariamente después de cruzar la frontera hacia México. Aunque fue encontrada sana, sigue sin regresar a EE.UU., lo que deja entrever un trasfondo emocional complejamente perturbado por el reciente suicidio de su padre.

Expertos como la psicóloga clínica Lauren Cook subrayan que pensamientos de escapar no son infrecuentes en personas que llevan vidas aparentemente plenas. La falta de habilidades emocionales para regular el estrés puede llevar a algunos a buscar salidas extremas que repercuten no solo en ellos, sino también en sus seres queridos.

En 2023, el Centro Nacional de Información Criminal reportó más de 563,000 casos de personas desaparecidas en EE. UU., de los cuales un 95% fueron clasificados como fugas voluntarias. Este aumento se puede atribuir a un creciente malestar entre los adultos, especialmente en un contexto de crisis económica y ansiedad exacerbada por la pandemia de COVID-19.

La actual generación joven enfrenta un escenario de sobrecarga emocional y estrés constante, donde el costo de la vida y la dificultad para acceder a servicios de salud mental agravan la situación. Con un número alarmante de adultos que revelan síntomas de ansiedad y depresión, hay un creciente llamado a la acción para priorizar la salud mental y ofrecer apoyo emocional.

Por último, la decisión de escapar es un tema delicado. Mientras que desaparecidos como Borgwardt, quien finge su propia muerte y termina con problemas legales, y Mangione, envuelto en un caso de asesinato, representan las facetas más extremas de esta realidad, también es crucial entender que huir no siempre implica crimen; a menudo se trata de personas que luchan con el agobio y necesitan ayuda.

Si tú o alguien que conoces se siente abrumado, no estás solo. Está disponible la Línea Nacional de Prevención del Suicidio en EE. UU. y se recomienda buscar apoyo que permita abordar estas emociones antes de tomar decisiones drásticas. El diálogo abierto y la búsqueda de ayuda profesional son pasos esenciales para enfrentar y superar esas tumultuosas corrientes emocionales.