En una sociedad marcada por la hiperconectividad y la sobreestimulación, la necesidad de desconectar se vuelve vital. La neurocientífica Ana Ibáñez destaca que esta desconexión no solo mejora nuestro bienestar emocional, sino que también potencia nuestro rendimiento a largo plazo.

En el reciente podcast de Pepe García, El Estoico, Ibáñez compartió valiosos consejos para recuperar la energía mental perdida. En un mundo donde la productividad parece ser el rey, la neurocientífica afirma que es esencial enseñarle a nuestra mente a parar.

¡Entrena tu mente a descansar!

La experta enfatiza la importancia de dedicar momentos en el día únicamente al descanso. "No todo tiene que ser productividad. Nuestro cerebro necesita momentos de desconexión", dice Ibáñez, invitándonos a reflexionar sobre nuestros hábitos.

Crea espacios sin presión

Realizar actividades sin un objetivo específico es fundamental. Según Ana, disfrutar de estas experiencias sin culpa es la verdadera desconexión: "Lo que realmente calma a nuestra mente es hacer cosas sin un resultado definido".

Hacer de la pausa un hábito

Establecer pequeños períodos de desconexión diaria es clave para fortalecer nuestra resiliencia mental. Estas pausas no solo ayudan a gestionar el estrés, sino que nos preparan mejor para enfrentar los desafíos diarios.

Valora lo 'improductivo'

Ibáñez también resalta que hay que dar valor a los momentos de improductividad: "Tomarse 20 minutos al día para disfrutar de un placer culpable puede parecer un lujo, pero es crucial para el bienestar cerebral. Esos minutos son una forma de hacerle saber a nuestra mente que la escuchamos y que cuidamos de ella".

En este mundo agitado, aprender a desconectar es más que un lujo; es una habilidad que transforma nuestro bienestar y nuestra productividad. Dedicar tiempo al descanso es, sin duda, la mejor inversión que podemos hacer en nosotros mismos.