A pocos pasos de Anfield, la atmósfera era vibrante, con aficionados disfrutando de deliciosos churros y celebrando en el icónico pub La Iglesia mientras leyendas del deporte como Rafa Nadal y Pep Guardiola tomaban asiento. En el campo, la anticipación por el partido era palpable, pero la realidad fue dura para el Real Madrid, que se fue con la moral por los suelos.

El partido empezó de manera agitada, con Raúl Asencio haciendo su debut y buscando establecerse rápidamente en un equipo que necesita desesperadamente defensores. Sin embargo, la atención de todos estaba centrada en Kylian Mbappé, quien, tras la lesión de Vinícius, asumió una importante carga en el ataque. Lamentablemente, el rendimiento del francés no fue el esperado; su falta de efectividad reflejó la presión que llevaba sobre sus hombros.

Carlo Ancelotti, el entrenador del Madrid, manifestó que lo único que se puede hacer en situaciones como esta es mantenerse pacientes. “Es un momento difícil para él, especialmente después de fallar un penalti. Todos deben apoyarlo, y pronto volverá a ser el Kylian que conocemos”, aseguró Ancelotti con la esperanza de que las cosas se alineen favorablemente para el atacante. Sin embargo, es evidente que las expectativas son altas y algunas críticas ya comienzan a surgir.

El encuentro se volvió aún más complicado tras el gol de Alexis Mac Allister, que puso en aprietos a los blancos. La lesión de Eduardo Camavinga solo aumentó la tensión, y un penalti erróneo de Mbappé cerró un capítulo negro en la noche del Madrid, en un momento donde los focos estaban más que nunca sobre él. “La presión que siente Kylian es inmensa. No hemos perdido solo por ese penalti fallado, el Liverpool fue superior hoy”, destacó Jude Bellingham, enfatizando la necesidad de que el equipo mantenga la cabeza en alto a pesar de la dura derrota.

La realidad es que el Madrid, azotado por lesiones y una creciente incapacidad de imponer su estilo de juego, tuvo que recurrir a contraataques que, tristemente, culminaron sin éxito en la mayoría de los casos, especialmente con Mbappé. A pesar de los esfuerzos de Asencio y las manos brillantes de Courtois, la noche se oscureció rápidamente para el club merengue, que abandonó Anfield con la moral por los suelos.

Como dijo Arne Slot, exitoso entrenador del contrario, “El Madrid ha sido un grano en el trasero para el Liverpool durante muchos años”. Claramente, la rivalidad sigue viva, y se espera que los merengues aprendan de esta dura lección, a la espera de que su estrella, Mbappé, regrese a su mejor forma para llevar al club a una nueva era de éxitos.