Salud

Andrés Oppenheimer: ¡El Crecimiento Económico No Lo Es Todo para el Bienestar!

2024-10-03

Autor: Lucas

Por Gabriela Origlia - Estrategia & Negocios

Andrés Oppenheimer, el renombrado analista y periodista argentino, ha cambiado su enfoque tras las revueltas en Chile en 2019. Aunque habitualmente consideraba a Chile como un modelo de crecimiento económico y reforma, se cuestiona: “¿Qué estaba pasando? ¿Por qué no son felices?”. Desde la ‘Primavera Árabe’, el descontento social ha crecido en todo el mundo, dando paso a líderes políticos outsider en Latinoamérica.

Con su trabajo y una trayectoria que incluye premios como el Pulitzer, Oppenheimer ha emprendido un viaje global para descubrir el secreto de los países más felices. Su conclusión es contundente: ¡El crecimiento económico por sí solo no garantiza el bienestar! Su libro, ¡Cómo salir del pozo!, destaca las estrategias adoptadas por diferentes naciones para aumentar los niveles de felicidad de sus ciudadanos.

Datos de la última encuesta de Gallup revelan que el 33% de las 150,000 personas consultadas no se siente feliz, un aumento en comparación con el 24% en 2006. En el ranking de felicidad, Finlandia, Dinamarca e Islandia lideran, mientras que Costa Rica ocupa el puesto 12 como el mejor en Centroamérica y Latinoamérica. A continuación, se encuentran El Salvador, Panamá, Guatemala, Nicaragua y Honduras.

En la cumbre de la Felicidad en Miami en 2022, Oppenheimer, al inicio escéptico, salió con una visión renovada. Ahora reconoce que, a pesar de los charlatanes, hay expertos serios que investigan políticas públicas que impactan en la felicidad. Se hizo evidente que el crecimiento económico, aunque crucial, no puede ser el único enfoque para alcanzar el bienestar.

Oppenheimer menciona que el gobierno puede desempeñar un papel importante en la promoción de la felicidad. Cita el ejemplo del Reino Unido, donde se realizan encuestas sobre satisfacción vital para crear mapas de felicidad y detectar áreas con problemáticas específicas. La implementación de políticas comunitarias, como actividades para personas mayores en escuelas, son acciones sencillas que pueden elevar el nivel de vida, algo que Latinoamérica aún no ha adoptado con la suficiente seriedad.

Una razón fundamental para promover estas iniciativas es el costo que la infelicidad genera en el gasto en salud. Estudios demuestran que el optimismo está vinculado a una vida más larga; los optimistas viven más que los pesimistas. En el ámbito laboral, los empleados felices son más productivos y creativos, lo cual es esencial para las empresas.

Sin embargo, hay un déficit en la comprensión, especialmente en las empresas latinoamericanas, sobre cómo estas políticas no se limitan a simplemente poner mesas de juegos. La falta de atención a las necesidades individuales de los empleados, dependiendo de su etapa de vida, indica que aún hay un camino por recorrer para incrementar la satisfacción laboral.

La desigualdad es una variable importante en la infelicidad, pero Oppenheimer aclara que no es el único factor determinante. Contrario a lo que se podría pensar, los latinoamericanos, a pesar de la inequidad, muestran niveles de felicidad más altos gracias a su comunidad y la cultura de amistad. Fomentar la tolerancia al fracaso desde la educación es otra de sus recomendaciones, resaltando que en Latinaomérica, el fracaso se ve como algo negativo, mientras que en lugares como Silicon Valley se asume como parte del aprendizaje hacia el éxito.

En conclusión, Oppenheimer destaca que el bienestar no puede ser producto de una única dirección económica. A medida que la región enfrenta profundos problemas de institucionalidad, es esencial adoptar enfoques innovadores y humanitarios que prioricen la felicidad.