En los últimos años, el término “bienestar” ha sido omnipresente en libros, artículos y programas de políticas públicas. Pero este concepto no es nuevo; filósofos griegos como Sócrates y Aristóteles ya enseñaban la importancia del bienestar en la vida ciudadana. Su legado resuena hoy más que nunca, ya que en la actualidad, el bienestar social ha cobrado especial relevancia, considerando el impacto de las nuevas condiciones laborales y de vida que surgen en nuestra sociedad moderna.

Según la Real Academia Española, el bienestar es el "estado de la persona en el que se le hace sensible el buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica". Es decir, abarca tanto la salud física como la mental. En este sentido, el bienestar integral es imperativo, lo que significa que debemos cuidar nuestro cuerpo, nuestra salud mental y nuestras relaciones sociales. Sin embargo, este camino hacia el bienestar no es sencillo, especialmente en un contexto donde las desigualdades económicas y sociales son pronunciadas.

Cuando la población más vulnerable no tiene acceso a educación, salud, empleo adecuado y vivienda digna, resulta casi imposible que puedan alcanzar un bienestar mental. Esta falta de recursos puede ser una de las principales causas del aumento de problemas emocionales en nuestra sociedad. Así, la búsqueda de bienestar debe ser una responsabilidad compartida: desde nosotros mismos, que debemos mantenernos activos en nuestras comunidades, hasta el Estado y las empresas, quienes deben crear políticas que promuevan un equilibrio entre la vida laboral y personal.

Vivimos en una época de digitalización masiva, donde la tecnología digital es parte esencial de nuestras vidas cotidianas. Su uso ofrece innumerables beneficios como el aumento de la productividad y la innovación. Sin embargo, el uso excesivo de plataformas digitales puede afectar nuestras relaciones familiares y nuestra salud mental. ¿Cómo podemos lidiar con estos riesgos?

Es crucial iniciar el diálogo en casa sobre el uso de la tecnología, especialmente con nuestros hijos. Debemos educarlos sobre cómo funcionan las aplicaciones y las redes sociales, fomentando un uso crítico y responsable. Proteger su bienestar emocional involucra cultivar una buena autoestima y habilidades mediáticas que los capaciten para navegar el entorno digital.

El concepto de Bienestar Digital se refiere a mantener un equilibrio saludable en nuestra vida digital. Esto implica gestionar de forma consciente nuestro tiempo en línea, establecer límites saludables en el uso de dispositivos, y formar una relación positiva con la tecnología. Se vuelve necesario educar a las nuevas generaciones en habilidades sociales y manejo del estrés, al tiempo que promovemos un uso consciente del tiempo libre, fundamentalmente sin pantallas.

Recientemente, el banco ING Direct lanzó una campaña de Bienestar Digital, promoviendo la conciencia sobre los efectos de la digitalización y buscando soluciones prácticas que se puedan integrar en nuestra vida cotidiana. Lo que comenzó como una iniciativa interna, se ha transformado en un movimiento global que busca un uso ético y responsable de la tecnología.

Por otro lado, a finales de 2023, surgió la startup Balance Phone, fundada por los emprendedores Albert Beltrán Feliu y Carlos Fontclara Bargallo, cuya misión es bloquear aplicaciones y sitios web adictivos, incluyendo redes sociales y juegos, permitiendo acceso solo a aplicaciones esenciales. Además, han creado una versión para menores, garantizando un entorno seguro mientras promueven un uso consciente de la tecnología.

¡Es tiempo de unirte al cambio! Asegúrate de cuidar tu bienestar digital y el de tus seres queridos. La tecnología no tiene por qué ser el enemigo; más bien, puede ser un aliado si aprendemos a manejarla de manera efectiva y saludable!