El Presidente Gabriel Boric se encuentra en el séptimo lugar en el ranking de aprobación de mandatarios en América Latina, según la última encuesta de CB Consultora, una firma que se especializa en el análisis del clima social y las proyecciones electorales. En esta inquietante lista, la mandataria de Perú, Dina Boluarte, ocupa el último puesto, lo que genera preocupación sobre la estabilidad política en la región.

Actualmente, Boric cuenta con una aprobación del 39,4 % y una desaprobación del 59,1 %. Comparado con septiembre, cuando su imagen positiva era del 37,5 %, se puede interpretar como un leve repunte, aunque todavía lejos de ser considerado robusto. Este vaivén en la aceptación popular refleja la complejidad de su gobierno y las difíciles decisiones que ha tenido que tomar, incluyendo reformas económicas y sociales.

Liderando la lista está el presidente saliente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, con una imagen positiva del 51,5 %, ligeramente a la baja respecto al 52 % de septiembre. La desaprobación de Lacalle Pou se sitúa en un 45,8 %. Su capacidad para gestionar la crisis económica y mantener la estabilidad social ha resonado favorablemente entre los ciudadanos uruguayos.

El segundo lugar es para Javier Milei, quien asumió la presidencia de Argentina el 10 de diciembre y ya cuenta con un 50,2 % de favorabilidad en noviembre, un aumento respecto al 47,7 % en septiembre. Desde su llegada, Milei ha implementado un drástico plan de ajuste que ha suscitado tanto apoyo como críticas en el país.

Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente de Brasil, ocupó el tercer puesto con una aprobación del 48,6 %, evidenciando una ligera caída desde el 49,4 % en septiembre, un dato que podría complicar su gestión si no se abordan las preocupaciones económicas inmediatas de la población.

En el extremo opuesto de la tabla, encontramos a Dina Boluarte, quien presenta una ominosa tasa de desaprobación del 73,3 %, con apenas un 21,3 % de valoración positiva. Una caída significativa desde el 23,6 % de aprobación en septiembre, lo que plantea serias preguntas sobre el futuro político de su administración y la posibilidad de un cambio de liderazgo en Perú.

Este panorama destaca la inestabilidad y los retos que enfrentan los líderes en América Latina. Los ciudadanos están más políticamente activos que nunca, y cualquier movimiento en las cifras de aprobación puede tener severas consecuencias en el futuro de sus gobernantes. ¿Podrá Gabriel Boric revertir esta tendencia antes de que sea demasiado tarde?