El jueves, se llevó a cabo una sesión especial de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados en la Región de Coquimbo, destinada a escuchar las opiniones de las comunidades locales sobre el polémico proyecto minero Dominga. Este proyecto fue rechazado nuevamente por el Comité de Ministros el miércoles, lo que generó un clima de tensión.

Sin embargo, la reunión en el Auditorio Municipal de Coquimbo se tornó caótica cuando un grupo de manifestantes a favor del proyecto, incluidos miembros de la organización Faeneros de Chile (FADECHI), interrumpió el evento, llevando pancartas, poleras y herramientas de trabajo. La situación escaló rápidamente a enfrentamientos físicos con el personal de seguridad del recinto, desencadenando una avalancha de incidentes violentos.

El presidente de la comisión, el diputado Félix González, decidió clausurar la sesión tras múltiples intentos fallidos de restaurar el orden. Las agresiones se extendieron al exterior del edificio, donde varios manifestantes lanzaron vallas papales a los funcionarios municipales, poniendo en riesgo la seguridad de todos los presentes.

En medio del tumulto, el precandidato presidencial del Partido Ecologista Verde (PEV) expresó su repudio a lo sucedido, indicando que los manifestantes no eran de la región y se presentaron con símbolos de la empresa. “No venían a defender a la comunidad, sino a hostilizar”, dijo, añadiendo que varios de ellos fueron identificados como forasteros de otras localidades, como La Pintana y Lota.

Este incidente ha levantado críticas no solo de la oposición, sino también de algunos miembros de la misma coalición. La diputada socialista Daniella Cicardini denunció que los agresores insultaron y amenazaron tanto a funcionarias como a vecinos, evidenciando el clima de violencia que rodea al proyecto Dominga.

En respuesta a la creciente preocupación por la seguridad, el diputado González anunció que la Comisión de Medio Ambiente se trasladaría a Coquimbo para asegurar que todas las voces fueran escuchadas, subrayando que aunque existen grupos a favor del proyecto, la mayoría se opone a la iniciativa. De hecho, el recientemente renovado rechazo al proyecto, el primero en su historia, resuena como un eco en las voces de los defensores del medio ambiente.

“No se trata únicamente de una cuestión económica, sino de preservar un ecosistema único en el mundo, como el archipiélago de Humboldt”, acentuó González. El apoyo a las medidas que protegen estas áreas naturales se muestra más fuerte que nunca entre las autoridades y ciudadanos de la región.

Finalmente, el diputado socialista Daniel Melo enfatizó la importancia de respaldar el rechazo del proyecto, argumentando que esto es una señal clara de que el Estado de Chile prioriza la protección del medio ambiente antes que los intereses corporativos. A medida que los acontecimientos se desarrollan, los ciudadanos y políticos se mantienen firmes en su resistencia a lo que consideran un ataque a su entorno y a su futuro.