La triste despedida de un líder espiritual

El Presidente de Chile, Gabriel Boric, ha hecho eco de la tristeza nacional tras el fallecimiento del papa Francisco. En una emotiva declaración frente al Palacio de La Moneda, expresó sus más sinceras condolencias en nombre de todo el pueblo chileno.

Un legado de justicia y compasión

"El papa Francisco fue un hombre que luchó incansablemente por la justicia social y combatió las desigualdades que acechan a nuestro mundo", afirmó Boric, destacando la relevancia del pontífice en temas de equidad.

Un vacio irreemplazable

Boric señaló que, aunque su muerte era esperada dado su edad avanzada, su partida deja un vacío significativo entre los creyentes y seguidores de la fe católica. "Respecto a su familia y al pueblo argentino, hacemos llegar nuestras más sinceras condolencias", añadió el mandatario.

Tres días de duelo nacional

En honor a su memoria, Chile, un país laico con una considerable porción de católicos, ha decretado tres días de duelo. Esta es una tradición que recuerda un precedente similar cuando falleció el papa Juan Pablo II, bajo el mandato del presidente Lagos.

Delegaciones para rendir homenaje

El presidente Boric también anunció que se enviará una delegación oficial a la misa en honor a Francisco, que se llevará a cabo el próximo lunes en la Catedral Metropolitana de Santiago, contando con la asistencia del ministro del Interior y la ministra de la Segpres.

Un mensaje de humildad y respeto

Además, se enviará una representación al Vaticano para las exequias, que, según se ha informado, tendrán un carácter más humilde, acorde con la esencia del papa Francisco. El presidente reafirmó su compromiso de respeto hacia la memoria del Papa y su trayectoria.

Símbolos de duelo y respeto nacional

Durante estos tres días de duelo, la Bandera Nacional ondeará a media asta en las sedes del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como en oficinas públicas y unidades de las Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones, como un símbolo de respeto y luto por un líder que dejó una huella imborrable.