Un Golpe Directo a la Guerra Comercial

En una jugada estratégica en la escalada de la guerra comercial contra Donald Trump, China ha decidido suspender las exportaciones de minerales críticos, incluidos los imanes. Esta decisión, reportada por el New York Times, marca un punto de inflexión en un conflicto que ha alterado las dinámicas comerciales globales.

Impacto en Sectores Clave

Este nuevo movimiento de Pekín representa un golpe aún más fuerte a industrias que ya enfrentaban dificultades debido a la incertidumbre en las cadenas de suministro. Sectores como el automotriz, la electrónica, la tecnología, la aeroespacial, e incluso los contratistas militares de EE. UU., podrían verse severamente afectados por la falta de acceso a estos recursos esenciales.

Las Tierras Raras, un Tesoro Industrial

Las tierras raras son un conjunto de 17 elementos fundamentales para la tecnología moderna. El neodimio, uno de los más conocidos, es vital en la fabricación de imanes potentes. Con esta suspensión, China está reforzando su control sobre un recurso que representa el 90% de la producción mundial.

Regulación Rigorosa en el Horizonte

Además, el gobierno chino está preparando un sistema que regulará más estrictamente la exportación de estos minerales. Según el NYT, esto podría significar que algunas empresas estadounidenses no obtendrán los permisos necesarios para exportar, acentuando aún más la presión sobre su economía.

Pekín También Ataca al Sector Aeronáutico

No solo eso, las tensiones se extienden al sector aeronáutico, con informes que indican que Pekín ha solicitado a las aerolíneas chinas que dejen de aceptar aviones de Boeing, suspendiendo así las compras de equipos y piezas a esta emblemática empresa estadounidense.

Escalada de Aranceles: Un Ciclo Sin Fin

La escalada de tarifas ha alcanzado nuevos máximos. Con los aranceles recíprocos de Trump, que inicialmente fueron del 34%, China respondió con la misma cifra. Sin embargo, a medida que la disputa ha avanzado, ambos países han elevado estas tarifas: hoy, EE. UU. impone un gravamen total del 145%, mientras que China se mantiene en un 125%. Un claro indicio de que esta guerra comercial está lejos de llegar a su fin.