En una reciente entrevista en el programa Todo va a estar bien, Claudia Miranda compartió recuerdos sorprendentes de su adolescencia con el famoso cantante Miguel Bosé. Eduardo de la Iglesia no dudó en preguntar a Claudia: “¿Te tiró o no te tiró onda?”. Con una sonrisa, Claudia respondió: “Sí, obvio, toda la onda”, desatando una serie de anécdotas nostálgicas.

Claudia, que en aquel entonces tenía solo 15 años, recordó que todo ocurrió en 1984 en la discoteca Tattoo, ubicada en el subterráneo del Hotel O'Higgins. En ese tiempo, ella era bailarina y había quedado completamente sorprendida por la llegada del equipo del cantante. "Yo estaba alucinada, pero sin saber lo que estaba pasando", confesó.

La historia se empezó a desarrollar durante un almuerzo en el emblemático recinto. Claudia y una amiga se pusieron de pie, y fue entonces que Miguel Bosé se acercó a ellas. “Me agarraron el brazo, y no podía creerlo”, dijo. El artista le preguntó si ella era la chica que bailaba en Tattoo, y cuando ella, nerviosa, confirmó, Miguel les invitó a sentarse con él. Fue una oportunidad única que marcaría sus recuerdos adolescentes.

Claudia reflexionó sobre la diferencia de edad entre ellos, recordando que Miguel era más de diez años mayor. “Ahora que lo pienso: yo era muy linda, bailarina, con energía positiva. Él se alucinó conmigo”, recordó. A partir de ese momento, Bosé comenzó a bajar a ver su baile durante el verano, justo en la temporada del famoso Festival de Viña del Mar.

La cercanía terminó con una invitación para una gira al sur, la cual Claudia no pudo aceptar debido a sus compromisos laborales. A pesar de la tentación, mencionó que le daba miedo decidir sin hablar con su madre.

¿Pero qué pasó después? Claudia admitió que nunca quiso acercarse a Bosé por temor a que él no la reconociera. “Nos cruzamos una vez en Martes 13, y no me atreví”, confesó. Sin embargo, Eduardo de la Iglesia cuestionó sobre si durante su adolescencia sintió algo extraño por la diferencia de edad, a lo que ella respondió contundentemente: “Jamás”. A pesar de la preocupación de su madre, nunca hubo incidentes inapropiados durante esas interacciones.

Claudia continúa rememorando esos días, describiendo a Miguel como un caballero. “Me mandaba flores y chocolates desde el sur de Chile”, reveló, destacando la amabilidad del cantante en todo momento. “Recuerdo su increíble voz y su presencia, a la que nunca se le pudo poner un pero”, añadió.

Finalmente, Claudia fue clara sobre el estado de su relación: “No hice nada, no pasó nada”, afirmando que siempre permaneció con los pies en la tierra en aquel mundo nocturno alrededor del Festival. Un relato que no solo revive viejos amores, sino que también plantea importantes reflexiones sobre la juventud y las dinámicas de poder en las relaciones.