El controvertido proyecto de Hidrógeno Verde en la bahía de Quintero, impulsado por las empresas GNL, Acciona Energía y Enagás Renovable, ha recibido la luz verde de la Comisión de Evaluación Ambiental de Valparaíso. Sin embargo, esta decisión ha provocado un fuerte rechazo entre grupos ambientalistas que ven con preocupación la instalación de desaladoras necesarias para obtener agua potable, un recurso crítico para la producción.

A pesar de los argumentos a favor de esta forma de energía limpia, que se promete libre de residuos contaminantes, el descontento de las organizaciones defensoras del medio ambiente es palpable. Estas agrupaciones han señalado que la zona de Quintero ya sufre una carga ambiental considerable y temen que el proyecto pueda agravar la situación, especialmente debido al uso intensivo de agua que requieren estas instalaciones.

El ingeniero en construcción Álvaro Peña ha comentado que para implementar este tipo de energías renovables es esencial establecerse en lugares con servicios de transporte de carga constantes, y Quintero sí cumple con esos requisitos. Aunque este aspecto puede ser un beneficio logístico, no apacigua las inquietudes acerca de la sostenibilidad del recurso hídrico en la zona.

La vocera de Mujeres Zona de Sacrificio en Resistencia Quintero-Puchuncaví, Katta Alonso, ha expresado su preocupación sobre el impacto que la nueva empresa tendrá en la disponibilidad de agua potable para la comunidad. Ella sostiene que la creación de este tipo de proyectos podría acabar perjudicando a la población local que ya está luchando por la escasez de recursos.

Por su parte, Marta Aravena, presidenta de Mujeres por el Buen Vivir de Quintero, también ha alzado la voz contra el proyecto al compararlo con las plantas desaladoras que afectaron negativamente su entorno. Resalta que la producción de hidrógeno, al ser inflamable, representa riesgos adicionales que no deben ignorarse.

Cabe mencionar que la capacidad de producción de la planta está prevista para alcanzar las 1.600 toneladas de hidrógeno al año, lo que podría transformar la dinámica energética de la región, pero a un costo potencial elevado para la comunidad y el medio ambiente.

La empresa ha asegurado que el agua será abastecida mediante la red sanitaria del Terminal de GNL Quintero, y la energía eléctrica provendrá de un contrato de suministro a través de fuentes renovables. Sin embargo, muchas voces se alzan en la comunidad preguntándose si estos compromisos son suficientes para garantizar la protección del entorno y los recursos esenciales de la zona.

Este conflicto entre el desarrollo de energías limpias y la preservación del medio ambiente en Quintero continúa en el centro del debate público, mientras la comunidad observa y espera que sus preocupaciones sean debidamente atendidas.