Un momento de alta tensión se vivió este jueves en la Cámara de Diputados durante la revisión de la acusación constitucional contra la ministra del Interior, Carolina Tohá.

El diputado José Carlos Meza, del Partido Republicano, conmovió a todos cuando las lágrimas brotaron de sus ojos mientras compartía una experiencia profunda y dolorosa. Relató la reciente operación a la que se sometió su padre en el Hospital San José de Melipilla, donde le amputaron las piernas. En un momento desgarrador, el diputado recordó el temor palpable de su padre ante la posibilidad de que narcotraficantes ingresaran al hospital. "Tuve que esperar a mis 35 años para ver llorar a mi padre con miedo", afirmó. "Me dijo: 'Hijo, tengo miedo que llegue un narco baleado a este hospital y su rival intente rematarlo aquí.'"

Esta desgarradora intervención no solo tocó los corazones de sus colegas, sino que también subrayó la grave crisis de seguridad que enfrenta Chile en la actualidad. Durante su discurso, Meza hizo un llamado urgente a no ignorar la problemática de la violencia y el narcotráfico que, según él, ha tejido un clima de terror en la población. "Podrán darnos todas las cifras que quieran, pero los chilenos de bien vivimos con el temor de que una persona inocente sea baleada en un hospital", añadió con firmeza.

El diputado no se detuvo allí y llamó a sus colegas a tomar acción inmediata para enfrentar esta crisis que amenaza la seguridad de todos los ciudadanos. Las palabras de Meza resonaron en el hemiciclo como un grito de desesperación por un cambio urgente en las políticas de seguridad del país.

La intervención del diputado no solo refleja su angustia personal, sino un sentimiento compartido por un número creciente de chilenos preocupados por su seguridad diaria. ¿Hasta cuándo permanecerán inertes las autoridades ante la realidad de la violencia que azota a la nación? Sin duda, este momento marcará un antes y un después en la discusión sobre la seguridad pública en Chile.