La situación en Medio Oriente se intensifica. Este lunes, la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, exigió a Irán que detenga "de inmediato" su ataque a Israel, subrayando la gravedad del conflicto. "Condeno el ataque en curso en los términos más estrictos. Advertimos a Irán con insistencia contra esta peligrosa escalada. Irán debe detener el ataque de inmediato. Está llevando a la región más hacia el abismo", escribió Baerbock en la red social X.

Desde Estados Unidos, el secretario de Estado Antony Blinken calificó el ataque iraní de "totalmente inaceptable", enfatizando que "todo el mundo debe condenarlo". Informes indican que Israel, con el apoyo activo de Estados Unidos y otros aliados, ha logrado frustrar la ofensiva, que involucró alrededor de 200 misiles balísticos.

El presidente Joe Biden reiteró el apoyo incondicional de su país hacia Israel, subrayando que están en continuo diálogo sobre las acciones a tomar frente a Irán. Jake Sullivan, el consejero de Seguridad Nacional, advirtió que esto representa "una escalada significativa por parte de Irán".

A su vez, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, mencionó que "debe haber consecuencias para Irán por este ataque", señalando que se coordinarán medidas con Israel.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se unió a la condena y pidió frenar "la espiral de violencia" en la región, apoyado por el ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares, quien llamó a la contención. "Para alcanzar la paz, es imprescindible un alto al fuego en Gaza y en Líbano, así como el respeto del derecho internacional y el derecho internacional humanitario", enfatizó Sánchez después de discutir la situación con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

La Unión Europea también lanzó una fuerte condena, describiendo el ataque de Irán como una "grave amenaza" para la seguridad regional. El alto representante de la UE, Josep Borrell, pidió un alto al fuego inmediato, resaltando que el ciclo de violencia corre el riesgo de descontrolarse. Borrell afirmó que la UE está completamente comprometida a prevenir una guerra regional.

La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrolla esta crisis, y las advertencias sobre un colapso total de la seguridad en la región son cada vez más alarmantes. Las tensiones en el Medio Oriente no solo afectan a los países involucrados, sino que tienen repercusiones a nivel global. La posibilidad de un conflicto a gran escala está cada vez más cerca, y la urgencia de una intervención diplomática es más que evidente.