En la actualidad, las historias de personas que alcanzan o superan los 100 años son cada vez más comunes, un fenómeno que ha captado la atención de científicos y medios de comunicación por igual. Según la División de Población de la ONU, el número de centenarios en el mundo ha crecido de 92,000 en 1990 a más de 621,000 en 2021. Este incremento ha motivado a investigadores de diversas disciplinas a estudiar qué factores contribuyen a esta notable longevidad.

Además de la genética y los cuidados médicos, diversos estudios han revelado que existen rasgos comunes entre aquellos que logran vivir más allá de lo esperado. La psicóloga Montserrat Lacalle, de la Universitat Oberta de Catalunya, indica que aquellos que experimentan niveles bajos de estrés o ansiedad tienden a disfrutar de una vida más larga. Asimismo, el optimismo y una vida social activa son variables determinantes en la longevidad.

Por otro lado, María Dolores Merino, psicóloga de la Universidad Complutense de Madrid, ha investigado las características psicológicas de las personas centenarias durante más de 25 años. Los hallazgos revelan que la resiliencia, la vitalidad y la curiosidad son factores clave que potencian no solo la duración de la vida, sino también su calidad.

Rasgos comunes en los centenarios

Los estudios han identificado varios rasgos destacados entre aquellos que viven más de 100 años:

- **Vitalidad**: Aunque tienen una avanzada edad, suelen mantenerse activos tanto física como mentalmente.

- **Sociabilidad**: Fortalecer vínculos con amigos, familiares y la comunidad es fundamental para su bienestar

- **Resiliencia**: La habilidad de adaptarse a los cambios y enfrentar adversidades es común entre los longevos.

- **Independencia**: Muchos de ellos luchan por mantener su autonomía el mayor tiempo posible.

- **Curiosidad**: La disposición para aprender cosas nuevas y enfrentar desafíos es un aspecto que los mantiene mentalmente activos.

El optimismo también juega un rol crucial en este contexto. Las personas centenarias suelen tener una visión positiva de la vida, lo cual les ayuda a evitar preocupaciones innecesarias. Además, contar con un círculo cercano de seres queridos y conexiones sociales les proporciona un sentido de propósito, limitando así el aislamiento, que es un factor de riesgo para la salud mental y física en la vejez.

Estos rasgos no solo son interesantes, sino que ofrecen una hoja de ruta para aquellos que buscan una vida más larga y satisfactoria. En conclusión, la longevidad no es únicamente una cuestión de buenos hábitos de salud, sino también de características psicológicas y relaciones interpersonales fuertes que facilitan el bienestar. Al evitar el estrés, cultivar una actitud optimista, mantener relaciones sociales activas y continuar aprendiendo, estos centenarios han encontrado el secreto para disfrutar de una vida plena y duradera.