¿Cuándo es el momento ideal para construir y mantener un nuevo hábito?
2024-11-19
Autor: Emilia
Cada inicio de año, millones de personas alrededor del mundo hacen promesas para mejorar sus vidas. Desde perder peso hasta dejar de fumar, los propósitos de Año Nuevo se han convertido en un ritual lleno de esperanza. Sin embargo, las estadísticas son alarmantes: solo el 20% de la población logra mantener estos compromisos a largo plazo. Expertos sugieren que no hay evidencia de que fechas clave como el 1 de enero o el inicio del verano incrementen las posibilidades de éxito.
La psicóloga conductual Wendy Wood, autora de "Good Habits, Bad Habits", señala que el éxito en la construcción de hábitos nuevos depende más de motivaciones personales y estrategias efectivas que de fechas en el calendario. En lugar de seguir tendencias colectivas, deberíamos concentrarnos en razones más profundas que impulsen el cambio.
Momentos críticos en la vida, conocidos como "puntos de inflexión", pueden ser catalizadores para cambios significativos. Estas experiencias, como una reunión de exalumnos, dificultades económicas o problemas de salud, a menudo despiertan el deseo de transformar hábitos. Según Wood, estos eventos tienden a generar una motivación más duradera porque están relacionados con lo que realmente importa a la persona.
Enfrentarse a una enfermedad, por ejemplo, puede llevar a priorizar una vida más saludable. Reflexiones sobre pasadas dificultades financieras pueden motivar a mejorar en el manejo de las finanzas personales. Este tipo de motivación se sostiene más fácilmente porque proviene de la introspección y no de las presiones externas.
El psiquiatra Harold Hong, director médico en un centro de recuperación de adicciones en Carolina del Norte, enfatiza que no se necesita esperar a un evento extraordinario para realizar cambios. Reconocer las señales del cuerpo y la mente es igualmente crucial. "No hay razón para posponer cambios evidentes que debemos hacer", reitera Hong. Actuar rápidamente en respuesta a esos momentos de inspiración puede definir la diferencia entre un compromiso pasajero y la formación de un hábito sólido.
Momentos como el inicio del año, un cumpleaños o incluso un lunes común pueden percibirse como una nueva oportunidad. Estos "hitos temporales" nos ayudan a crear una separación mental entre el pasado y el futuro. Al mismo tiempo, rituales como los propósitos de Año Nuevo satisfacen la necesidad humana de sentirse parte de una comunidad. La neurocientífica Selena Bartlett menciona que estos eventos alimentan el impulso de pertenecer a algo más grande, y establecer metas junto a otros puede brindar un sentido de apoyo y responsabilidad compartida.
No obstante, trabajar en grupo también presenta desventajas. La dependencia de otros para mantenerse motivado puede ser un arma de doble filo. Cuando un compañero se desvincula de su meta, es probable que otros lo imiten. Asimismo, la comparación con los logros de los demás puede resultar desmoralizadora. Es vital recordar que el éxito personal no se mide en relación con el de otros.
Las metas a largo plazo requieren de una motivación más significativa. Wood advierte que basarse en expectativas sociales raramente cosecha resultados duraderos, ya que estas motivaciones suelen disiparse, dejando a las personas despojadas de un fundamento sólido para continuar.
Para implementar cambios efectivos, no basta con la intención; se necesita una estrategia clara. Dividir grandes propósitos en pasos pequeños y concretos facilita su cumplimiento. En lugar de simplemente querer "perder peso", establezca metas específicas como reducir la ingesta calórica en ciertas comidas o hacer ejercicio durante 30 minutos al día. La práctica de la "acumulación de hábitos" también es valiosa; por ejemplo, si ya tienes el hábito de leer antes de dormir, puedes hacerlo justo después de darte una ducha. Este enfoque convertirá sus nuevos hábitos en una parte natural de su rutina diaria.
La búsqueda de recompensas inmediatas al establecer un nuevo hábito puede potenciar la motivación. Según Wood, si disfrutas lo que haces, es más probable que lo repitas. Así que, si piensas en hacer ejercicio pero no disfrutas del gimnasio, podrías optar por escuchar música o un podcast durante tus entrenamientos, convirtiendo una tarea ardua en una actividad más placentera.
Aceptar que habrá tropiezos en el camino es esencial. Whelan sugiere ver cada error como una oportunidad de aprendizaje, lo que puede cambiar tu perspectiva y hacer que continúes en lugar de rendirte. La motivación es fugaz. Cuando sientas ese impulso de cambio, actúa rápido, ya que esa chispa puede desvanecerse antes de que tomes decisiones concretas. Es fundamental aprovechar esos instantes de claridad y propósito, conocidos como ventanas de oportunidad.
Incluso si el entusiasmo inicial disminuye, hay maneras de mantener el progreso. Emplear un "dispositivo de compromiso" que combine recompensas o consecuencias, como depositar una suma de dinero que solo se puede recuperar tras cumplir un reto, ha mostrado aumentar la tasa de éxito hasta un 40%.
El mensaje es claro: el tiempo es un aliado crucial. Convertir esa motivación instantánea en acción puede ser lo que determine el éxito o el abandono. Así que, ¡no dejes pasar la oportunidad de transformar tu vida hoy mismo!