El reciente empate 1-1 ante Carabobo no solo preocupa por el resultado, que mantiene a Universidad de Chile en la cima del Grupo A de la Copa Libertadores, sino que lanza una serie de alertas sobre el desgaste del equipo y la falta de dinamismo que mostraron durante el partido.

Un equipo veterano en acción

La U regresa al escenario internacional con una plantilla experimentada, donde varios jugadores superan la treintena. La experiencia de figuras como Gabriel Castellón (31), Matías Zaldivia (34), Charles Aránguiz (36), Marcelo Díaz (38) y Leandro Fernández (34) otorga una valiosa jerarquía al equipo que recientemente ha enfrentado momentos difíciles.

Desafíos en tierras venezolanas

En su visita a Venezuela, los dirigidos por Gustavo Álvarez enfrentaron uno de los viajes más agotadores de la Copa. Un largo vuelo a Bogotá seguido de un trayecto en chárter hasta Valencia sumó a las exigencias, agravadas por el clima adverso con lluvias intensas y temperaturas de 27 grados.

Un rendimiento agridulce y reflexiones post-partido

El equipo mostró falta de intensidad más allá de los primeros quince minutos y se vio superado por la velocidad del rival. La salida de Israel Poblete debilitó aún más el mediocampo en la segunda mitad. Aunque el empate dejó una sensación agridulce, al menos les asegura cerrar la primera vuelta de grupos como líderes, con siete puntos.

Álvarez, descontento con el resultado, lamentó: “Nosotros vinimos a ganar, siempre que se empata hay dos puntos perdidos”. No obstante, el capitán Aránguiz dio un enfoque más optimista, considerando el viaje y la dureza del encuentro como factores a tener en cuenta.

La dura disputa que se avecina

El futuro inmediato será exigente para la U. En los próximos 30 días enfrentarán ocho partidos, comenzando este domingo contra Palestino. Con un calendario tan apretado, mayo se presenta como un mes crucial para sus aspiraciones tanto en la liga local como en la Libertadores.

Gustavo Álvarez deberá aprovechar la profundidad de su plantilla para gestionar la carga. Con más opciones en la banca en comparación al año anterior, el equipo está mejor preparado para enfrentar la exigente temporada.

A pesar de los desafíos del cansancio, la veteranía y el apretado calendario, Universidad de Chile tiene razones para soñar. Su regreso a la Copa Libertadores y el rendimiento en la liga local evidencian un potencial que aún pueden explorar.