El exfiscal de Valparaíso, José Miguel Subiabre, ha realizado una transformación sorprendente, pasando de encarcelar criminales a defender a narcotraficantes. Este cambio radical ha generado conmoción en el país, especialmente por su rol destacado en la investigación del asesinato del profesor Nibaldo Villegas en 2018, un caso que captó la atención nacional.

Tras su renuncia a la Fiscalía de Valparaíso por razones de salud, Subiabre rápidamente se posicionó como abogado defensor de personas involucradas en el tráfico de drogas. Esta situación ha levantado sospechas entre sus antiguos compañeros del Ministerio Público, en especial por la posibilidad de que haya tenido acceso a información sensible de investigaciones en las que ahora actúa como abogado defensor.

Subiabre defendió su decisión, alegando que su salida de la entidad fue meramente por problemas de salud y que existe un ataque injustificado a su integridad profesional. Sin embargo, la cercanía de su nueva labor con sus anteriores responsabilidades ha causado inquietud.

Con una carrera de casi dos décadas en la Fiscalía, Subiabre fue visto la misma semana de su renuncia en una entrevista, donde mencionó que estaba buscando nuevos desafíos. Sin embargo, esta búsqueda lo llevó a defender a un grupo de colombianos implicados en el tráfico de drogas sintéticas que ingresaron a Chile escondidas en electrodomésticos procedentes de Europa.

El exfiscal no trabaja solo. Su socio en esta nueva aventura es un abogado conocido en el ámbito del narcotráfico, quien enfrenta restricciones para trabajar en servicios públicos debido a su labor defendiendo a narcotraficantes. Juntos, intentaron anular juicios en varias ocasiones, aunque con poco éxito hasta ahora.

Un caso de alto perfil fue el de un grupo de colombianos que intentaron introducir grandes cantidades de éxtasis a Chile. A pesar de los esfuerzos por desacreditar las pruebas del Ministerio Público, sus clientes fueron condenados. La crítica de los abogados se centró en la supuesta vulneración de derechos durante las allanamientos realizados por la Armada de Chile.

Lo que sorprende aún más es que además de casos relacionados con narcotráfico, Subiabre está involucrado en la defensa de Renato López Fuentes, condenado por ser el autor intelectual del asesinato de un empresario. A pesar de que este caso ya ha pasado por el sistema judicial, el exfiscal ha intentado reabrir discusiones públicas acerca de supuestas irregularidades en la investigación.

El pasado de Subiabre como fiscal lo llevó a realizar investigaciones importantes sobre delitos económicos y corrupción, donde se enfrentó a funcionarios públicos implicados. Sin embargo, su carrera profesional culminó en medio de rumores sobre problemas de estrés laboral y la presión constante de su rol.

Su historia es un recordatorio de cómo la línea entre el bien y el mal puede desdibujarse en el mundo legal. Su inesperado cambio de roles ha suscitado preocupaciones sobre la ética en la práctica legal, además de suscitar discusiones sobre el sistema de justicia en Chile. Con cada paso que da, Subiabre deja una estela de preguntas sobre su integridad y sobre a quién realmente defiende ahora.