Desde la histórica partida de ajedrez entre Garry Kasparov y la computadora de IBM en 1996, la inteligencia artificial ha avanzado a pasos agigantados, llevando nuestras capacidades laborales a un nuevo nivel. En este contexto, la Inteligencia Artificial Generativa (IAGen) emerge como una herramienta innovadora que podría significar un cambio radical en cómo desempeñamos nuestras labores. La pregunta que todos nos hacemos es: ¿podríamos ser reemplazados por máquinas?

La IAGen se refiere a tecnologías basadas en algoritmos avanzados y redes neuronales, capaces de crear contenido original, ya sea texto, imágenes, audio o video, a partir de patrones extraídos de grandes volúmenes de datos. Algunas de las herramientas más destacadas de este tipo incluyen ChatGPT y Gemini, que generan respuestas o diseños específicos a partir de indicaciones dadas.

Un estudio reciente del Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA) en Chile, en colaboración con instituciones como Sofofa Capital Humano y la Universidad de Stanford, ha puesto de relieve cómo esta tecnología puede cambiar el mundo laboral. El análisis, que consideró las tareas de los 100 empleos más comunes en el país, mostró que 4,7 millones de trabajadores podrían acelerar su productividad en al menos un 30% utilizando la IAGen.

El estudio destaca que la adopción de esta tecnología podría traducirse en un incremento del 12% del PIB en términos económicos. Esto se debe a que aproximadamente el 48% de las tareas en diversas ocupaciones analizadas presentan un alto potencial de aceleración. Las áreas más beneficiadas son el desarrollo de software (87%), análisis de sistemas (80%) y educación media (75%). En este sentido, se aclaró que la IA no reemplazará trabajos educativos, sino que facilitará tareas administrativas para que los docentes se concentren en lo que realmente importa: enseñar.

Sin embargo, no todos los empleos tienen la misma capacidad de beneficiarse de la IAGen. Por ejemplo, los trabajos físicos, como operadores de maquinaria o pintores, apenas podrían experimentar un aumento en su productividad del 20%. Esto plantea un dilema crucial: ¿la IA Generativa es realmente una amenaza para el empleo? Los expertos sugieren que, aunque pueda acelerar muchas tareas, también abre nuevas oportunidades que podrían requerir habilidades diferentes en el futuro.

Rodrigo Durán, director ejecutivo de CENIA, aseguró que estamos ante una revolución en la forma de trabajar en Chile: "La IA no es una amenaza; tiene el potencial de optimizar procesos, mejorar la eficiencia y abrir nuevas oportunidades. Para beneficiar a la fuerza laboral, es fundamental invertir en capacitación y educación en IA". Esto lo respalda la presidenta de Sofofa, Rosario Navarro, al enfatizar que "preparar la fuerza laboral para los desafíos del futuro es clave para el desarrollo sostenible del país".

Entre las profesiones que podrían verse beneficiadas en un rango del 30% al 60% están psicólogos, kinesiólogos y vendedores, lo que representa a más de 3,5 millones de trabajadores listos para aprovechar las ventajas de la inteligencia artificial.

No obstante, se necesita prestar atención a las posibles brechas de alfabetización digital que podrían surgir. La ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisén Etcheverry, subrayó la importancia de una integración ordenada y colaborativa de la tecnología en el ámbito laboral. Además, Google.org ha comprometido $750,000 para unambicioso proyecto que capacitará a más de 65,000 trabajadores en Chile en los próximos dos años, preparándolos para un futuro donde la IA sea esencial.

La evolución de la IA no ha sido un proceso lineal y hoy nos encontramos en la era de la IA generativa, que promete reformar sectores como la atención al cliente, la automatización en empresas y la generación de contenido creativo. Las posibilidades son vastas, pero el verdadero impacto dependerá de cómo respondamos, nos adaptemos e invirtamos en el futuro de nuestro trabajo.