Un asombroso estudio realizado por investigadores de la Universidad McGill en Montreal ha revelado una intrigante conexión entre la postura corporal y los rasgos de personalidad relacionados con la manipulación y la competitividad. La investigación, que incluyó a 608 adultos jóvenes, se centró en cómo ciertos estilos de postura pueden indicar tendencias manipuladoras y creencias en jerarquías sociales.

La profesora emérita Susan Krauss Whitbourne, de la Universidad de Massachusetts Amherst, analizó estos hallazgos en un artículo publicado en la revista Psychology Today. Según su análisis, las personas que exhiben posturas rectas y expansivas tienden a puntuar más alto en pruebas relacionadas con la manipulación y la competitividad. Esto se traduce en una conducta más dominante y en una mayor disposición a influir en los demás para su propio beneficio.

La investigación de McGill se desarrolló en cinco diferentes fases, donde los participantes enviaron fotografías en diversas poses, desde dominantes hasta sumisas. En la fase final, se llevaron a cabo evaluaciones presenciales, confirmando que aquellos con posturas abiertas y seguras mostraban mayores puntuaciones en rasgos de competitividad y liderazgo.

Whitbourne enfatiza que, aunque la postura no es un indicador definitivo de la personalidad, la observación de patrones puede ofrecer información valiosa en entornos profesionales y personales. Los individuos menos orientados hacia el poder manifestaron una mayor variabilidad en su postura, adaptándose a diferentes situaciones.

El estudio también apunta a que aquellos con posturas erguidas y abiertas tienden a creer fuertemente en jerarquías sociales y son más propensos a aprovecharse de los demás. En cambio, quienes adoptan posturas sumisas o encorvadas reflejan un menor nivel de dominancia y participación en actividades competitivas.

Whitbourne advierte que estas observaciones, aunque útiles en procesos de selección y evaluaciones interpersonales, no deben interpretarse de forma aislada. El lenguaje corporal en su conjunto, incluidas las expresiones faciales y el contacto visual, debe considerarse para obtener un análisis más completo.

Adicionalmente, el estudio señala que la formación en disciplinas como danza o gimnasia puede influir en la postura de las personas sin necesariamente indicar rasgos manipulativos. Según Whitbourne, aquellos que se entrenan en estas actividades tienden a adoptar un lenguaje corporal más erguido y abierto, lo que puede llevar a malentendidos sobre sus intenciones.

Es crucial entender que las diferencias culturales también juegan un papel importante en la interpretación de las posturas. En algunas culturas, una postura erguida simboliza respeto, lo que podría influir en cómo se percibe a las personas en contextos interculturales.

Los investigadores de McGill concluyen que el análisis de la postura corporal puede ser una herramienta complementaria en la evaluación de candidatos para roles de responsabilidad, pero subrayan que no existen pruebas de personalidad infalibles. En el ámbito de recursos humanos, observar la postura podría ayudar a identificar a individuos más seguros de sí mismos, mientras que las posturas encorvadas podrían sugerir sumisión o inseguridad.

Este estudio ofrece un panorama fascinante sobre cómo la postura no solo refleja nuestras emociones, sino que también puede revelar aspectos ocultos de nuestra personalidad, incluyendo la manipulación. ¡Estar alerta y leer las señales puede ser clave para protegerse de los manipuladores en tu vida!