La búsqueda del bienestar es un objetivo primordial tanto a nivel personal como social. Aunque no existen recetas mágicas que garanticen la felicidad absoluta, hay un curioso hábito en común que muchas personas felices han adoptado a lo largo de su vida.

Un estudio reciente de investigadores de la Universidad de Columbia Británica destaca que muchas estrategias para aumentar el bienestar no están respaldadas por evidencia suficiente. Sin embargo, hay ciertos consejos prácticos que sí pueden contribuir a una mejor calidad de vida. Uno de los hallazgos más intrigantes es cómo el orden en el hogar puede desempeñar un papel crucial en nuestra felicidad.

Según un informe de IKEA, un 21% de las personas experimentan frustración cuando no tienen un lugar para cada cosa en su hogar. Esta falta de organización puede alterar el estado de ánimo de una considerable cantidad de personas. Mantener el hogar en orden no solo favorece la estética, sino que también mejora la concentración y el enfoque mental.

Investigaciones realizadas por Hogares con Psicología revelan que al organizar nuestro espacio físico, también estamos organizando nuestra mente. La doctora Danielle Roeske explica: “Cuando hay orden y estructura en nuestro entorno exterior, nos sentimos más capaces de manejar nuestras emociones internas”. Aparentemente, el desorden no solo se asocia a la procrastinación, sino también a emociones negativas como el agobio y, en general, a una reducción de la calidad de vida.

La capacidad de controlar nuestro entorno tiene un impacto directo en nuestra autoestima y bienestar general. Un hogar ordenado puede crear un ambiente relajante, mientras que un espacio desorganizado puede llevar a experiencias negativas y aumentar los niveles de estrés. De hecho, un entorno caótico puede generar sobrecarga mental y disparar los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Cuando se habla de productividad, es vital considerar que un ambiente óptimo es fundamental. Mantener el espacio despejado y organizado puede facilitar la concentración y reducir las distracciones visuales, lo que a su vez puede mejorar la eficiencia en nuestras tareas diarias.

Además, mantener el orden en casa no tiene que ser una tarea abrumadora. Puedes convertirlo en una actividad divertida, acompañándote de música o haciéndolo en conjunto con amigos, familiares o tu pareja. Solo se requieren unos minutos al día para esta actividad, y aunque pueda parecer poco, puede tener un impacto importante en la reducción del estrés y un notable aumento en el bienestar.

En resumen, el orden en nuestra casa es un reflejo de cómo gestionamos nuestras emociones y nuestro día a día. Así que, si deseas incrementar tu felicidad, ¡no subestimes el poder de un hogar organizado!