Ciencia

¡Descubre el sorprendente pez egipcio que revela por qué la fiebre es esencial para nuestra supervivencia!

2024-12-16

Autor: Joaquín

Hace aproximadamente 600 millones de años, cuando se estaba dando inicio a la evolución de las primeras formas de vida, la fiebre comenzó a aparecer como un mecanismo de defensa esencial. Algunos organismos primitivos descubrieron que al trasladarse a ambientes más cálidos, podían aliviar sus síntomas de enfermedades. Hoy en día, sabemos que este aumento de temperatura mejora el metabolismo, optimiza la función inmune y suprime el crecimiento de patógenos.

Un reciente estudio publicado en la revista PNAS por un equipo de la Universidad Normal del Este de China y el Centro para la Ciencia y la Tecnología Marina de Qingdao, se centra en la tilapia del Nilo para explicar por qué la fiebre juega un papel fundamental en la recuperación de infecciones. Los investigadores han confirmado que esta estrategia de supervivencia data de hace millones de años, mucho antes del surgimiento de los animales de sangre caliente.

Durante un experimento, las tilapias infectadas con la bacteria Edwardsiella piscicida mostraron un comportamiento notable: buscaban la parte más cálida de su tanque durante cinco días. Este acto, que emula los efectos de la fiebre en los peces de sangre fría, desencadena cambios biológicos significativos que ayudan a combatir infecciones. En un giro sorprendente, la producción de enzimas que destruyen los linfocitos T—los encargados de coordinar la respuesta inmune—se ralentiza, permitiendo que estos linfocitos vivan más tiempo y se vuelvan más efectivos para eliminar patógenos.

Además, este comportamiento incluye un notable ayuno, algo que también sucede en humanos durante episodios febril, lo que activa la autofagia, un proceso de reciclaje celular que potencie la energía y mejora la respuesta inmunitaria. La investigación también revela que la fiebre no solo es un mecanismo de defensa, sino que, al propiciar la producción de óxido nítrico, un potente antimicrobiano, contribuye a una respuesta inflamatoria efectiva.

La tilapia al acercarse a aguas más cálidas activa procesos que dificultan la reproducción de viruses y bacterias, lo que subraya aún más la función vital de la fiebre en la lucha contra las infecciones. Aunque los primeros vertebrados con inmunidad adaptativa aparecieron hace 450 millones de años, elementos de esta defensa se vieron afectados por el aumento de temperatura, mejorando así su función ante infecciones.

Este estudio destaca la importancia de la capacidad de los animales para regular su temperatura corporal como un mecanismo de resistencia y supervivencia crucial contra las infecciones. Sorprendentemente, los experimentos revelan que reducir artificialmente la fiebre o restringir el movimiento de estos animales infectados puede aumentar drásticamente sus tasas de mortalidad.

En conclusión, el fascinante comportamiento de la tilapia del Nilo no solo nos enriquece con información sobre la evolución de la fiebre, sino que también podría ofrecer claves sorprendentes para comprender mejores enfoques en el tratamiento de infecciones en seres humanos.