El legado de una reina centenaria

La Reina Isabel II, quien dejó este mundo en 2022 a la impresionante edad de 96 años, ha sido objeto de fascinación y admiración por su longevidad. Durante su reinado, participó en numerosos eventos de la Familia Real Británica, mostrando una energía y vitalidad que sorprendieron a muchos hasta sus últimos días.

Rituales de salud y disciplina

A pesar de su avanzada edad, Isabel II era conocida por su rigor y disciplina, no solo como monarca, sino en su cuidado personal. Esto se tradujo en una vida saludable que intrigó a millones. Un ex chef de la realeza, Darren McGrady, ha compartido los secretos detrás de su dieta y estilo de vida que contribuyeron a su impresionante longevidad.

La dieta sencilla pero poderosa de la Reina

Al pensar en la alimentación de una reina, es fácil imaginar platos lujosos y exquisitos, pero la realidad era diferente. Según McGrady, Isabel II prefería comidas simples y nutritivas. En sus desayunos, disfrutaba de abundantes ensaladas y frutas frescas, complementadas a veces con cereales.

Almuerzos ligeros y sabrosos

Para el almuerzo, su elección consistía en dos ingredientes: lenguado a la parrilla, un pescado rico en omega-3, servido sobre espinacas frescas o, ocasionalmente, zapallito salteado. Este enfoque en proteínas y verduras, junto con una dieta baja en grasas, era clave para su energía.

Un toque de dulzura para el espíritu

A pesar de su preferencia por comidas saludables, la Reina también se daba algunos placeres. A media tarde, disfrutaba de un dulce, como una infusión con chocolate, galletas o pastel de jengibre. ¡Sus sándwiches favoritos eran de pepino, huevo y salmón ahumado!

Cenas del rey: un banquete de sabores

Al caer la noche, su cena incluía suculento filete de ternera o venado, complementado con salsa de whisky y champiñones. Para finalizar el día, se deleitaba con un Dubonnet con ginebra, su cóctel predilecto. Sin duda, un menú que combina sabor, elegancia y salud.

Conclusiones sobre la longevidad de la Reina

La Reina Isabel II no solo fue un ícono de la realeza, sino también un ejemplo de cómo una vida de sencillez, disciplina y pequeños placeres puede contribuir a una larga y plena existencia. Su secreto de longevidad es una inspiración para todos nosotros.