Emma Morano, un nombre que resuena en el ámbito de la longevidad, es celebrada por haber alcanzado increíbles 117 años de vida. Nacida el 29 de noviembre de 1899 en Italia y fallecida el 5 de abril de 2017, su secreto para una vida tan extensa se esconde tras una dieta realmente peculiar.

Lo más sorprendente es que esta centenaria consumía tres huevos al día: dos crudos en la mañana y uno en forma de omelet al mediodía. Su médico, Carlo Brava, que la cuidó durante 27 años, reveló que la dieta de Morano era bastante limitada en cuanto a vegetales y frutas. Esto desafía muchas creencias sobre la nutrición y la salud.

Sin embargo, la dieta de Emma incluía una dosis diaria de grappa, un licor italiano que ella disfrutaba en cucharadas y que preparaba con ingredientes como salvia y ruda. Este hábito insólito parece haber contribuido a su longevidad, aunque se corea que su longevidad también fue hereditaria, ya que su madre y su tía vivieron más de 90 años, y su hermana Ángela alcanzó el siglo.

Un aspecto clave en la vida de Morano fue su decisión de separarse de su marido, con quien tuvo una relación abusiva hasta su muerte en 1978. "No quería ser dominada por nadie", declaró en una entrevista con The New York Times, un testimonio que resuena con fuerza en tanto mujeres como en hombres que buscan independencia.

Emma se convirtió en un símbolo de resiliencia y fuerza, siendo reconocida con el título de Dama del Orden del Mérito de la República Italiana en 2011, e incluso recibió un saludo del papa Francisco por su cumpleaños.

Al fallecer, sus contribuciones y su espíritu indomable fueron rememorados por la alcaldesa de Verbania, quien la describió como alguien que vivió extraordinariamente. Morano tuvo la oportunidad de conocer a 11 papas y 12 presidentes a lo largo de su vida. ¡Qué impresionante historia de vida!

Además, estudios recientes, como uno llevado a cabo por la profesora Zhaoli Dai-Keller, sugieren que otros factores también son cruciales para alcanzar los 100 años. Por ejemplo, las personas centenarias suelen consumir muy poca sal, alrededor de 2 gramos al día, y optan por una dieta rica en alimentos básicos: arroz, trigo, frutas, verduras, y fuentes de proteína como aves y pescado. La genética también juega un rol, pero se estima que los hábitos de vida representan un 60% de la longevidad.

La historia de Emma Morano no solo nos muestra que la dieta puede ser un factor importante, sino que sus elecciones personales y la fuerza de su carácter han hecho de ella un ícono en la búsqueda de una vida prolongada y saludable.