El bienestar laboral va más allá de simples programas de salud emocional; es un concepto multifacético. La Real Academia Española lo describe como el conjunto de aspectos necesarios para vivir bien, y en el ámbito laboral, esto se traduce en las prácticas organizacionales que aseguran que los empleados se sientan valorados y satisfechos.

Recientemente, el Índice de Salud Organizacional de McKinsey ha revelado que hay nueve prácticas de gestión que son fundamentales para determinar el 'termómetro' de la salud dentro de una empresa. En un entorno competitivo y en constante cambio, entender cómo estas prácticas afectan a la organización es crucial para el éxito a largo plazo.

Una de las preguntas que surgen es si un liderazgo autoritario sigue siendo necesario para asegurar la salud organizacional. Sorprendentemente, el 33% de los encuestados cree que no, indicando un deseo por un liderazgo más colaborativo.

Por otro lado, la experiencia de los empleados se ha identificado como un factor crucial; un asombroso 92% de los encuestados opina que esta experiencia única juega un papel vital en la predicción de la salud organizacional.

Dentro de estas prácticas se encuentra el propósito organizacional. Aunque el 17% está de acuerdo en que un propósito claro impulsa el compromiso, muchos creen que aún queda mucho por hacer en este aspecto.

La toma de decisiones es otro aspecto relevante. Solo el 28% opina que la excelencia en este ámbito mejora la coordinación y el control, lo que sugiere que hay una gran oportunidad de mejora.

Investigar sobre la capacitación, tanto de upskilling como reskilling, muestra que solo el 36% considera que estas inversiones realmente facilitan el trabajo de los empleados, un indicio de que esta práctica aún no es lo suficientemente valorada.

La sostenibilidad ambiental también se perfila como una prioridad, con un 44% de los participantes que creen que influye positivamente en la salud organizacional.

Sin embargo, cuando se trata de liderazgo inclusivo y un ambiente de trabajo que fomente la inclusión, el 41% muestra resistencia a estas ideas. Además, el 36% no está a favor de ampliar la práctica de adquisición de talento para incluir tanto talento externo como interno.

Los resultados de esta encuesta plantean muchas preguntas sobre la dirección futura de las organizaciones. ¿Coincides con estos porcentajes? ¿Cómo evalúas la salud de tu propia organización? Descúbrelo haciendo el test de McKinsey, y prepárate para algunas revelaciones sorprendentes que seguramente cambiarán tu perspectiva sobre el lugar donde trabajas.