Este martes, Ali Bagheri, un ciudadano iraní, fue arrestado por la Policía de Investigaciones (PDI) en el aeropuerto internacional de Santiago, y ya se encuentra en prisión preventiva. Esta detención se llevó a cabo durante una operación liderada por el fiscal regional de Antofagasta, Juan Castro Bekios, junto con el fiscal adjunto Eduardo Ríos Briones.

Bagheri es objeto de una investigación por múltiples delitos, que incluyen receptación, falsificación de sello de Estado y usurpación de nombre. Su arresto está relacionado con el uso de un pasaporte falsificado que intentó utilizar para viajar a Londres en abril de 2023, acompañado por otro ciudadano iraní que actualmente sigue prófugo.

La investigación, que inicialmente se realizó bajo la Fiscalía Occidente, fue trasladada en julio por el fiscal nacional, Ángel Valencia, al fiscal de Antofagasta quien formó un equipo especial para esclarecer los hechos. Este cambio en la dirección de la investigación muestra la gravedad del caso, dado que involucra el uso de documentos completamente falsificados.

En la audiencia de control de detención, realizada en el Centro de Justicia de Santiago, el Ministerio Público argumentó que la libertad de Bagheri representa un peligro para la seguridad pública, explicando que no solo ignoró las citaciones previas, sino que también había abandonado el país a pesar de tener arraigo en Chile. El tribunal decidió dictar la medida cautelar más severa posible, manteniéndolo bajo prisión preventiva.

Los incidentes se remontan al 30 de abril de 2023, cuando dos iraníes llegaron a la zona de tránsito internacional del Aeropuerto Arturo Merino Benítez. Allí, presentaron visas consulares falsificadas ante Copa Airlines. Posteriormente, intentaron abordar un vuelo de British Airways hacia Londres, empleando pasaportes británicos falsos que habían sido entregados por un cómplice que dejó los documentos en un basurero cercano a la puerta de embarque, a cambio de un pago en efectivo.

Al ser apresados en el aeropuerto, ambos hombres fueron inicialmente dejados en prisión preventiva, aunque posteriormente se les permitió el arresto domiciliario, lo que generó aún más inquietud debido a su desaparición posterior. Se especula que pudieron haber abandonado el país con la ayuda de cómplices en una trama organizada que destaca cómo las redes de falsificación de documentos están operando a niveles internacionales, poniendo en jaque la seguridad nacional.

Este caso no solo resalta los desafíos que enfrentan las autoridades chilenas en términos de control fronterizo y de seguridad, sino que también pone en evidencia la necesidad de una mayor cooperación internacional para combatir el tráfico de documentos falsos y otros delitos relacionados.