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El ajedrez geopolítico de Rusia: ¿Por qué sacrificó a su peón Bashar al Assad?

2024-12-14

Autor: Valentina

En un giro inesperado que recuerda a las maniobras estratégicas de un juego de ajedrez, Rusia se ha visto obligada a realizar movimientos cruciales en el conflicto sirio, llevando incluso al sacrificio de su antiguo aliado Bashar al Assad. La reciente alza de los rebeldes insurgentes en Siria ofrece un panorama complejo que pone de manifiesto el impacto del conflicto en Ucrania.

Durante casi 24 años, Assad, quien heredó el poder de su padre Hafez al Assad, tuvo a Rusia como su principal apoyo, sosteniendo su régimen a través de una combinación de asistencia militar y diplomática. Sin embargo, la situación cambió drásticamente cuando los rebeldes comenzaron a ganar terreno en ciudades clave como Alepo y Homs. A pesar de algunos bombardeos iniciales por parte de Rusia, los insurgentes finalmente lograron hacer “jaque mate” al régimen de Assad.

El domingo pasado, el Ministerio de Exteriores de Rusia anunció que Assad había decidido dejar el cargo y, posteriormente, abandonar el país, donde se refugió junto a su familia en Moscú, tras recibir asilo político. Este suceso marca un punto de inflexión en las relaciones entre Rusia y Siria, evocando la pregunta de por qué el Kremlin decidió retirar su apoyo de manera tan abrupta.

Expertos en relaciones internacionales afirman que la decisión responde a la creciente presión que enfrenta Rusia en su campaña militar en Ucrania. La necesidad de desviar recursos hacia este frente ha debilitado su capacidad para mantener su influencia en Siria.

Gilberto Aranda, académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, califica esta pérdida como un «grave revés» para Rusia. En un contexto donde la prolongada guerra en Ucrania consume cada vez más recursos, tanto en términos de tropas como de equipamiento, todo parece indicar que el Kremlin no puede sostener simultáneamente dos frentes.

Por su parte, María José Mora, académica del Instituto de Historia de la Universidad de los Andes, alerta sobre la precariedad de las bases rusas en Siria, como Tartus y Latakia, que se encuentran en peligro ante la inestabilidad política resultante de la caída de Assad. Con un nuevo grupo insurgente en el poder, que incluye facciones extremistas, las bases rusas podrían estar en serios aprietos.

Este panorama nos lleva a considerar las implicaciones más amplias de los recientes cambios en el tablero geopolítico. Rusia ha tomado la decisión de contactar a las nuevas autoridades insurgentes, pero la falta de claridad sobre el futuro de Siria plantea dudas sobre lo que sucederá con sus intereses estratégicos en la región.

Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, subraya que el conflicto en Ucrania ha sido un factor clave en la decisión del Kremlin. La guerra ha sido desgastante, lo que ha llevado a Rusia a priorizar la movilización de recursos hacia el frente ucraniano en detrimento de su apoyo a Assad.

A medida que la situación se complica en el Mediterráneo, aparece la pregunta sobre el status de las relaciones internacionales de Rusia. Gilberto Aranda observa que este caso demuestra que Rusia, lejos de ser un poder global, se está configurando más como un actor regional incapaz de sostener operaciones a distancia de manera efectiva.

Mientras tanto, el conflicto en Ucrania continúa avanzando, con una intensificación de los ataques rusos en territorio ucraniano. Las tensiones se mantienen altas, especialmente con Bielorrusia, donde las autoridades han comenzado a desplegar armamento ruso, lo que augura una posible escalada de la situación. En conclusión, el sacrificio de Assad podría ser solo el inicio de un cambio más amplio en el equilibrio de poder en la región.