El alarmante problema del matrimonio infantil en América Latina: el caso de Chile y su reciente legislación
2024-11-23
Autor: Benjamín
Las frases en pancartas, como "Son niñas, no esposas", resonaron fuertemente en el Senado colombiano cuando se aprobó la ley que prohíbe el matrimonio infantil. Un informe de Unicef, publicado hace un par de años, reveló que Colombia ocupaba el puesto número 20 a nivel mundial en uniones de niñas y adolescentes menores de 15 años. Esta problemática persiste en varios países de América Latina, donde las uniones infantiles siguen siendo una dura realidad.
En Chile, hasta hace poco, el matrimonio adolescente era permitido bajo ciertas circunstancias. Sin embargo, esta práctica ha sido un tema delicado en toda América Latina, donde las resistencias culturales y sociales complejizan la implementación de medidas que pongan fin al matrimonio infantil, especialmente en comunidades rurales y marginadas.
El matrimonio infantil, que se define como cualquier unión donde una o ambas partes es menor de 18 años, afecta de manera desproporcionada a las niñas. A nivel global, el número de matrimonios infantiles de niños varones es solo una quinta parte del de las niñas, según datos de Unicef. Este fenómeno no es exclusivo de países en desarrollo, pues se puede observar en naciones más avanzadas, como Estados Unidos, donde en 37 estados la ley permite el matrimonio de menores, al cual se accede con permisos de padres o autoridades judiciales.
A nivel latinoamericano, 1 de cada 4 mujeres jóvenes se casa antes de los 18 años, muchas veces en uniones que no son formalmente reconocidas por la ley. Esto es alarmante, ya que muchas de estas uniones se basan en presiones económicas o culturales que ven en el matrimonio una solución ante la pobreza.
Estadísticas de la Cepal y la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer muestran que en Argentina había más de 132 mil niñas casadas o unidas en 2021, sobre todo en provincias del noreste del país. Así, los números no mienten: Nicaragua, Honduras y República Dominicana tienen algunas de las tasas más altas de matrimonio infantil de la región, seguidos de cerca por México, Perú, Guatemala y Colombia.
La situación en Chile ha cambiado drásticamente desde la aprobación de la Ley N.º 21.515, que entró en vigor el 28 de diciembre de 2022, prohibiendo por completo el matrimonio infantil. Esta ley establece la mayoría de edad a los 18 años como requisito indispensable para casarse, eliminando excepciones que permitían a adolescentes de 16 y 17 años hacerlo con el consentimiento de sus padres o tutores. Antes de esta ley, las estadísticas eran preocupantes: entre 2010 y 2020, se registraron casi 1.800 matrimonios con adolescentes en Chile, muchos de los cuales involucraban a parejas con diferencias de edad superiores a 20 años.
Esta modificación legal también contempla que cualquier matrimonio celebrado con menores de edad será nulo y no podrá ser validado, bajo el principio del interés superior de los niños y adolescentes. Sin embargo, el desafío no termina aquí; es esencial seguir trabajando en la educación y concienciación para cambiar las actitudes culturales que perpetúan estas prácticas.
A medida que más países de América Latina avanzan hacia la prohibición del matrimonio infantil, la esperanza es que se genere un cambio real en la percepción y tratamiento de este problema. La lucha no es solo por la legalidad, sino por el bienestar real de las niñas y adolescentes en toda la región.