A pesar de haber concluido su relación romántica, la influencer cubana Lisandra Silva y el bailarín chileno Raúl Peralta han demostrado que su compromiso por el bienestar de sus hijos, Noah y Leiah, sigue intacto.

En las últimas semanas, Lisandra emprendió un viaje a Medio Oriente, donde exploró destinos como Egipto y Jordania, deleitándose con la rica cultura y la historia de estos países. Posteriormente, disfrutó de unos días de relax en Tulum, México, en compañía de su amiga Julia Fernández, lo que generó interacción y admiración en sus redes sociales.

Mientras tanto, los pequeños permanecieron con su padre, Raúl, quien aprovechó la ocasión para fortalecer su vínculo con ellos. En su reciente publicación de Instagram, Peralta expresó: "Qué mes más hermoso junto a ustedes", mostrando su agradecimiento por el tiempo compartido.

El bailarín de "Power Peralta" compartió un encantador carrusel de fotos donde se les ve disfrutando de actividades al aire libre, riendo y jugando, así como dando un paseo en monopatín. Estas imágenes reflejan momentos de felicidad y conexión familiar que tocó el corazón de sus seguidores.

En su post, Raúl añadió: "Gracias por hacerme crecer y enseñarme día a día… Ustedes me dan la fuerza para sacar lo mejor de mí. Los amo con mi vida". Este mensaje resonó entre su audiencia, generando una avalancha de comentarios que elogiaron su enfoque en la crianza compartida junto a Lisandra.

Los seguidores no se hicieron esperar y dejaron mensajes como: "Qué lindo ver cómo se puede compartir la crianza sana de los hijos, los felicito", "Como pareja no resultó, pero como padre eres un ejemplo para muchos", y "Aquí se ve el reflejo de un gran padre".

Además, este ejemplo de convivencia post-relación ha generado un diálogo importante sobre la importancia de mantener la unidad familiar y el respeto, aún cuando la relación de pareja no funcione. La crianza compartida se presenta como un modelo positivo que podría inspirar a muchas otras parejas.

En un mundo donde los conflictos familiares son comunes, el proceso de Raúl y Lisandra anima a otros a priorizar el bienestar de los niños, demostrando que el amor y el respeto pueden prevalecer aún en el desafío de la separación. ¿Podría este ser el nuevo estándar que todos deberíamos seguir? Una lección de vida que resuena cada vez más en nuestra sociedad.