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El Enigma de las Bases Nucleares de Rusia: Revelaciones Impactantes

2024-11-28

Autor: Lucas

El pasado martes 19 de noviembre, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, hizo un sorprendente anuncio sobre cambios en la doctrina nuclear del Kremlin, lo que podría cambiar el rumbo de la seguridad global.

Este nuevo documento establece que cualquier agresión proveniente de un estado no poseedor de armas nucleares, en el cual participe un país nuclear, será considerada como un ataque conjunto a Rusia. Este giro amenaza con intensificar las tensiones en un escenario geopolítico ya volátil.

Coincidentemente, el mismo día del anuncio, las fuerzas ucranianas bombardearon la región rusa de Bryansk con misiles ATACMS de fabricación estadounidense, y al día siguiente, llevaron a cabo otro ataque en el área de Kursk con proyectiles Storm Shadow provistos por el Reino Unido. La rápida escalación de estos eventos evidencia el cada vez más frágil equilibrio en la región.

Como respuesta, el 21 de noviembre, Rusia lanzó el misil Oreshnik, un proyectil de alcance intermedio con capacidad para portar ojivas nucleares, aunque en esta ocasión se utilizaron explosivos convencionales. Esto se produjo más de dos años después de que Rusia iniciara su invasión militar a gran escala en Ucrania el 24 de febrero de 2022.

Desde el comienzo del conflicto, Moscú ha insinuado que podría recurrir a su arsenal nuclear. Un análisis de la Federation of American Scientists (FAS) estima que Rusia tiene alrededor de 4,380 ojivas nucleares operativas, de las cuales aproximadamente 1,700 están actualmente desplegadas y listas para su uso.

Mientras algunos expertos occidentales advierten sobre la obsolescencia de varias de estas armas, un exoficial de las fuerzas nucleares rusas, conocido en la BBC como Anton (un nombre ficticio para proteger su identidad), contradijo estos relatos, afirmando que "la visión de expertos occidentales es muy simplificada". Aseguró que aunque puede haber algunos tipos de armas anticuadas, Rusia mantiene un gran arsenal nuclear y una capacidad de respuesta activa en tierra, mar y aire.

Anton relató que tras el inicio de la invasión a Ucrania, su base nuclear entró en alerta máxima. "Antes solo teníamos ejercicios, pero desde el primer día de la guerra, las armas estaban completamente preparadas para un ataque potencial", afirmó. La instalación en la que trabajaba tiene un carácter ultrasecreto, y se reveló que todos los efectivos en estas bases son seleccionados a través de un estricto proceso, siendo soldados profesionales y no reclutas.

Conforme a su relato, las unidades en estas bases deben ser sometidas a constantes controles, incluyendo pruebas de polígrafo y revisiones de seguridad rigurosas. "No puedes llevar teléfonos a la base, y si deseas que tus familiares te visiten, debes solicitarlo al FSB con meses de antelación", enfatizó.

Lo que resulta impactante es que, después de recibir órdenes de guerra, Anton fue forzado a difundir una propaganda que consideraba un crimen de guerra, lo que lo llevó a negarse y, finalmente, a escapar. Según él, desertores similares son enviados a combatir en lo que se conoce como "la primera oleada", donde los considerados disidentes son utilizados como"carne de cañón".

Su escape fue facilitado por una organización que ayuda a desertores rusos. Ahora, vive con miedo, tomando precauciones necesarias para mantener su identidad en secreto. Hay un tremendo aumento en el número de desertores: según la organización, se estima que alrededor de 350 buscan ayuda cada mes, un indicativo de la creciente insatisfacción dentro de las filas rusas.

La situación en las bases nucleares de Rusia plantea preguntas inquietantes sobre la estabilidad de la región y el futuro de la seguridad nuclear mundial. ¿Están las potencias occidentales preparadas para enfrentar una nueva era de tensión en la cual un veterano del ejército ruso ha revelado secretos tan alarmantes? El mundo observa con cautela mientras la incertidumbre persiste.