La temporada 2024 ha llegado a su fin para Universidad de Chile, y el club celebró con una vuelta olímpica que refleja su regreso a los primeros puestos del fútbol chileno. La labor de Gustavo Álvarez como entrenador fue crucial, ya que logró restablecer un estilo de juego y recuperar una identidad que el equipo había perdido en temporadas anteriores.

Los hinchas reconocen el esfuerzo de Álvarez y su capacidad para motivar a los jugadores, algo que se evidenció en el rendimiento del equipo en múltiples partidos a lo largo del año en el Centro Deportivo Azul. Sin embargo, no todo ha sido color de rosa para el estratega argentino, quien cometió errores que podrían pasar factura en el futuro.

Uno de los errores más críticos de Gustavo Álvarez se remonta a junio, cuando la situación del plantel se tornó complicada debido a las actuaciones irregulares de Cristian Chorri Palacios y Luciano Pons, además de la inminente salida de Nicolás Guerra. La necesidad de reforzar la línea ofensiva era evidente, y fue entonces cuando Álvarez decidió solicitar el regreso del delantero Cristóbal Muñoz, quien había tenido un buen desempeño en Deportes Santa Cruz durante la primera mitad del año.

A medida que se acercaba el inicio de la Copa Chile, el técnico insistió en terminar el préstamo de Muñoz, creyendo que su incorporación podría ser crucial para el equipo. Sin embargo, la realidad fue muy distinta. A excepción de unos pocos minutos en los primeros partidos del torneo, Muñoz no logró hacerse notar y ni siquiera participó en el Campeonato de Primera División.

Además, en septiembre, el joven delantero de 22 años se sometió a un procedimiento médico que lo mantuvo fuera de las convocatorias, dejando al equipo aún más debilitado en el ataque. Con su contrato por finalizar el 31 de diciembre, la estadía de Muñoz en Universidad de Chile parece llegar a su fin, levantando la pregunta sobre lo que podría haber sucedido si hubiera permanecido en Santa Cruz.

Con el fin de la temporada, la afición se cuestiona no solo la decisión de llamar de vuelta a Muñoz, sino también la capacidad de Álvarez para fichar jugadores que se adapten al estilo que desea implementar. De cara a la próxima temporada, es vital que el técnico y la directiva aprendan de estos errores para no repetirlos, ya que la presión por volver a ser protagonistas del fútbol chileno es inmensa.

La gran incógnita ahora es: ¿podrá Gustavo Álvarez redimirse y tomar decisiones más acertadas en el futuro para evitar que la historia se repita?