Este jueves 19 de diciembre, el sistema de justicia francés emitió una sentencia histórica al condenar a Dominique Pelicot a 20 años de prisión por su fría y macabra serie de abusos contra su esposa, Gisèle Pelicot. Durante casi una década, Dominique drogó a Gisèle para permitir que múltiples hombres la violaran, mientras él grababa todo en fotografías y videos.

Dominique, de 72 años, deberá cumplir al menos dos tercios de su condena en prisión antes de poder solicitar la libertad condicional. En este caso escalofriante, las penas impuestas a sus cómplices fueron notablemente más cortas, alcanzando un total de más de 400 años de prisión para todos los 51 acusados, una cifra que palidece ante los 652 años inicialmente solicitados por la Fiscalía.

A la salida del tribunal en Aviñón, Gisèle, también de 72 años, hizo una emotiva declaración: “En estos momentos pienso en las víctimas no reconocidas cuyas historias quedan en la sombra. Quiero que sepan que compartimos la misma lucha”. Su valentía resonó en todos, mientras respetaba la decisión del juez.

El abogado de Dominique, Béatrice Zavarro, no descartó apelar la sentencia, sugiriendo que la defensa podría solicitar un juicio con jurado popular. “No podemos criticar una decisión de la Justicia; lo único que podemos hacer es apelar”, comentó.

La cronología de este oscuro caso es verdaderamente impactante. La pareja se conoció en 1971 y se casó dos años después. Sin embargo, su historia de amor se transformó en una pesadilla. En 2010, Dominique fue atrapado en un centro comercial filmando a mujeres sin su consentimiento, aunque Gisèle no se enteró del incidente hasta años después.

Fue en 2011 cuando comenzó el verdadero horror; Dominique empezó a drogar a Gisèle con somníferos y ansiolíticos, permitiendo que hombres desconocidos abusaran de ella. Utilizaba una web de citas, coco.gg, donde contactaba a sus cómplices. Esta plataforma fue cerrada por las autoridades en junio de este año, un reflejo del urgente llamado a la justicia en casos de abuso.

Gisèle recordó que a partir de 2011, comenzó a perder la conciencia, repetidamente, debido a las drogas que su marido le administraba. En 2013, se mudaron a Mazan, donde, a pesar del horror que estaban viviendo, recibían con frecuencia la visita de sus tres hijos y nietos.

Todo cambió el 17 de septiembre de 2020, cuando un guardia de seguridad en un supermercado sorprendió a Dominique grabando a mujeres. La policía confiscó su equipo, revelando el horror que había estado orquestando. Fue solo en noviembre de 2020 cuando Gisèle fue informada del oscuro secreto del que había sido víctima durante años.

Al conocer la verdad, Gisèle dejó a Dominique y lo denunció. Así comenzaron las detenciones del resto de implicados en febrero de 2021. El juicio inició el 2 de septiembre, donde se presentaron desgarradores testimonios, incluyendo las declaraciones de sus hijos, quienes también fueron afectados por el abuso.

Finalmente, el tribunal dictó sentencia contra Dominique con 20 años de prisión, siendo este uno de los casos más escalofriantes de la historia reciente de Francia. La pena más alta, de 15 años, fue para un hombre que abusó de Gisèle en múltiples ocasiones.

La obra de Gisèle y la valentía que ha mostrado al enfrentar su trauma están resonando más allá de Francia. La presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, agradeció públicamente a Gisèle, resaltando la importancia de su testimonio y cómo su braveza ha permitido que las voces de tantas otras víctimas sean escuchadas: “Gracias a ti, el mundo ya no es el mismo”, subrayó.

Este caso se convierte no solo en un recordatorio del horror de la violencia de género, sino también en un llamado a la acción para que las víctimas se sientan valientes y respaldadas para romper el silencio.