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El insólito asalto a un banco: un hombre arriesga su libertad por el cambio de sexo de su pareja

2024-10-10

Autor: Pedro

Una historia extraordinaria se remonta al 22 de octubre de 1972, cuando John Wojtowicz y sus cómplices, Salvatore Naturale y Bobby Westenberg, ingresaron armados a un banco en Brooklyn con un objetivo muy particular: recaudar dinero para financiar la operación de cambio de sexo de su pareja, Ernest Aron.

El asalto, que comenzó con altas expectativas, rápidamente se tornó caótico. Uno de los cómplices se retiró al darse cuenta de que el dinero en la bóveda era escaso, mientras que la alarma del banco se activaba, alertando a las fuerzas del orden de la situación.

Afuera, el lugar se convirtió en un espectáculo mediático, con aproximadamente 2.000 personas congregándose, junto con policías, francotiradores y equipos de noticias cubriendo el evento. En medio de este lío, John tomó decisiones inesperadas: pidió pizzas para los rehenes y lanzó dinero a la multitud que miraba con curiosidad.

Durante el asalto, Wojtowicz hizo una revelación impactante al público y a la policía: “Quiero que traigan a mi esposa del hospital. Su nombre es Ernest Aron. Es un hombre. Soy gay”. Su cometido era claro: había decidido asaltar el banco para costear la operación de cambio de sexo de su pareja, quien había estado enfrentando dificultades graves de salud mental como resultado de su identidad de género.

John y Ernest se habían casado simbólicamente en 1971, pero la relación se tornó complicada a medida que las discusiones sobre la transición de Aron se intensificaron. Tras varias horas de negociación, John y Salvatore lograron salir del banco, pero las cosas no terminaron bien. Sus planes de huir fueron frustrados cuando Salvatore fue herido de bala y John fue arrestado.

Como resultado, Wojtowicz fue sentenciado a 20 años de prisión, y su historia inspiró la famosa película “Tarde de perros” (1975), protagonizada por Al Pacino, que retrata de manera ficticia los eventos del atraco. El impacto del film generó suficiente atención y donaciones, lo que finalmente permitió que Ernest, luego conocida como Liz Eden, se sometiera a su operación de cambio de sexo.

Posteriormente, John tuvo un breve reencuentro con su primera esposa, Carmen Bifulco, pero la relación terminó debido a su preferencia por hombres, descubierta durante su tiempo en el ejército. Aunque John se casó nuevamente en prisión, vive en el anonimato tras su liberación en 2002. Trágicamente, Liz falleció en 1987 debido a complicaciones relacionadas con el sida.

El camino de John culminó en soledad; a pesar de haber tenido un pasado lleno de eventos extraordinarios, sus últimos años fueron marcados por el olvido y el sufrimiento. Sufrió de cáncer y decidió no recibir tratamiento, falleciendo el 2 de enero de 2006. Su historia es un recordatorio escalofriante y fascinante de las luchas por la identidad y el amor, y las decisiones desesperadas que se toman frente a la adversidad.