El lobo, uno de los emblemáticos depredadores de Europa, ha experimentado un asombroso aumento en su población en los últimos diez años, concretamente un 60%, gracias a las medidas de conservación implementadas en varios países del continente. Este fenómeno, reportado por Europa Press, contrasta notablemente con la alarmante disminución de las poblaciones de grandes carnívoros a nivel global.

Un estudio reciente liderado por la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, publicado en la revista PLOS Sustainability and Transformation, resalta que las políticas de protección han permitido a los lobos (Canis lupus) recuperar su presencia en diversas regiones de Europa.

Los investigadores, que analizaron datos de 34 países europeos, revelaron que para el año 2022, existían al menos 21.500 lobos en el continente, lo que supone un incremento notable desde los 12.000 estimados hace una década. Sorprendentemente, la mayoría de los países evaluados mostraron un aumento en sus poblaciones de lobos, mientras que solo tres países reportaron disminuciones.

Sin embargo, la recuperación del lobo no está exenta de desafíos. Se llevaron a cabo estudios sobre las tensiones entre humanos y lobos, destacando que, en la Unión Europea, estos animales matan aproximadamente 56.000 animales de granja al año de una población total de 279 millones de cabezas de ganado. Aunque el riesgo de pérdida es bajo, con un 0,02% de probabilidad de que un ganado muera a manos de lobos cada año, las compensaciones que reciben los ganaderos por estas pérdidas le cuestan a los gobiernos europeos alrededor de 17 millones de euros anuales.

Pero no todo son malas noticias. Los lobos también ofrecen beneficios económicos, como la reducción de accidentes de tráfico y daños en cultivos forestales al controlar las poblaciones de ciervos. Sin embargo, aún faltan datos contundentes para evaluar el impacto económico positivo que podría tener su recuperación en el ecosistema.

Dada la densidad de población humana en Europa y la continua alteración de los hábitats naturales para actividades como la agricultura y la urbanización, el rápido resurgimiento de los lobos en la última década subraya su extraordinaria capacidad de adaptación. A medida que avanzamos, será crucial permanecer atentos a cómo evoluciona esta especie en un entorno cada vez más confrontativo con los humanos.