Acostumbrado al calor que hace crecer los higos y la vid en Damasco, conocida como la ciudad del jazmín, Bashar Asad tendrá que adaptarse a las frías temperaturas de invierno en Moscú, con sus intensas heladas, nieve y barro. El derrocado presidente sirio y varios miembros de su familia llegaron a la capital rusa el pasado domingo, buscando un nuevo hogar tras años de conflicto y tensiones en Siria.

Moscú no es un destino desconocido para los Asad, quienes han mantenido una sólida alianza con el Kremlin a lo largo de los años. La familia se ha establecido en lujosos apartamentos en rascacielos, donde esperan disfrutar de una vida más tranquila y alejada de los conflictos bélicos que han marcado sus vidas en Siria. Este cambio de escenario no solo implica comodidad, sino también una nueva oportunidad para Bashar Asad de estar más cerca de su hijo, un joven con talento matemático impresionante que ha llamado la atención de académicos internacionales.

Se rumorea que el enigmático vástago podría ser el próximo gran fenómeno en el mundo de las matemáticas, lo que añade un toque de esperanza a la vida de la familia, que ha estado marcada por la controversia y el sufrimiento. Mientras tanto, los Asad viven en un estado de incertidumbre: el futuro de Siria sigue siendo sombrío, y su propia situación en Rusia plantea dudas sobre su permanencia y los límites de su nuevo estilo de vida.

¿Lograrán los Asad reconstruir su vida en Moscú o las sombras del pasado seguirán persiguiéndolos? ¡Sigue atento para más actualizaciones sobre esta intrigante historia!