El reto de ser una eterna promesa: la historia de Camila Gatica
2024-11-29
Autor: Benjamín
Cuando Camila Gatica recibió sus puntajes en la PSU, se dio cuenta de que tenía la opción de estudiar cualquier carrera: medicina, ingeniería, derecho, odontología, literatura, todo estaba a su alcance. Con un impresionante puntaje y un excelente promedio escolar, donde sobresalía por sus múltiples talentos, Camila finalmente decidió estudiar psicología en la Universidad Católica, graduándose con honores. En su defensa de tesis, sus profesores no dudaron en expresar su deseo de verla algún día dando clases en la facultad.
Desde un principio, las expectativas sobre Camila fueron altísimas. Todos creían que lograría brillar en su campo y se destacaría en el ejercicio profesional. Sin embargo, la realidad laboral resultó ser un desafío inesperado. "No me sentía cómoda en la esfera laboral y me faltó orientación y persistencia. Desde pequeña, todo me salió fácil, pero lidiar con la frustración fue un verdadero reto en la adultez. Pasé por diversos empleos y emprendimientos, algunos exitosos, pero nunca logré encontrar mi lugar. Durante años, me sentí como una eterna promesa", confiesa Camila.
La incertidumbre sobre su camino profesional la llevó a una profunda reflexión. A través de la maternidad, especialmente al observar a su hija mayor que mostraba talentos precoces, Camila comenzó a entender su propia experiencia. "Mi hija aprendió rápidamente a leer, sumar y restar. Desde pequeña, hacía preguntas existenciales profundas sobre la vida. Fue así como descubrí el concepto de los niños con altas capacidades. Al llevarla a un especialista, confirmó el diagnóstico y me explicó que, si mi hija tenía estas capacidades, probablemente yo también las poseía. Eso hizo que todo cobrara sentido en mi propia historia", añade Camila.
Las altas capacidades son un conjunto de habilidades que reflejan un potencial intelectual sobresaliente. Se caracterizan por una curiosidad insaciable, un aprendizaje veloz, y un pensamiento crítico y creativo. Este tema ha sido estudiado por académicos destacados como el estadounidense Joseph Renzulli y el español Francisco Mora. Pero no se trata solo de obtener buenas notas; implica una manera de pensar que permite absorber y procesar información con gran profundidad.
Camila Gatica, quien se ha especializado en este ámbito, explica que una de las características más notorias en personas con altas capacidades es el pensamiento arborescente. "Este tipo de razonamiento permite establecer conexiones rápidas entre ideas, explorar conceptos desde ángulos inesperados y relacionar información de manera compleja. Sin embargo, también puede ser un pensamiento disperso, ya que no sigue una línea única, sino que se ramifica por múltiples caminos", destaca.
Como psicóloga y coach, Camila trabaja con mujeres que se sienten dispersas y frustradas en su camino. "Esa aparente desorganización puede ser devastadora si no se aborda con compasión. La habilidad de abrirse a múltiples posibilidades al mismo tiempo es un don, pero también requiere aprender a enfocarse y priorizar, lo cual se puede lograr a través de hábitos", explica Camila, que ha diseñado una metodología para ayudar a estas mujeres.
Los hábitos son cruciales para establecer estructura y manejar la dispersión mental. Camila resalta que "los hábitos pueden ser herramientas potentes para que las personas tomen control sobre sus objetivos y se comprendan mejor a sí mismas, especialmente cuando sienten que no logran cumplir con sus propias expectativas".
Siguiendo la línea de pensamiento del psicólogo Howard Gardner, creador de la teoría de las inteligencias múltiples, los hábitos permiten reducir la sobrecarga cognitiva que provoca procesar varias ideas a la vez. Gardner argumenta que sin un marco estructural de hábitos, el talento puede perderse en una constante exploración que resulta agotadora.
Además, Camila enfatiza que para una mujer, reconocer su propia inteligencia y altas capacidades es un desafío significativo. "El miedo al fracaso puede llevar a ocultar talentos y dejar de lado sus capacidades, desconociendo su propio poder. Esto se traduce en convertirse en una promesa que nunca se cumple, simplemente porque no se atreve a intentarlo. Por eso, es fundamental trabajar en este aspecto". La historia de Camila es un potente recordatorio de que comprender y aceptar nuestras capacidades es clave para desbloquear nuestro verdadero potencial.