El Viaje a Chile: Tres Días que Transformaron el Papado de Francisco
2025-04-21
Autor: Sofía
Una Visita Inolvidable
El 18 de enero de 2018, cuando el Airbus A321 de Latam, conocido como 'El Vuelo del Papa', despegaba del aeropuerto internacional Diego Aracena en Iquique, se cerraba un capítulo controversial en la historia del papado. Esta visita de tres días marcada por críticas, mucho más que por fervor religioso, fue catalogada por varios medios como la peor de la gestión de Francisco.
En el avión, Jorge Mario Bergoglio, el segundo Papa en visitar Chile después de Juan Pablo II, reflexionaba sobre la experiencia. A pesar de su carisma, el ambiente ya no era el mismo: notables espacios vacíos en las ceremonias contrastaban con la gran multitud que se esperaba.
Expectativas Derrotadas
Las más de 100,000 personas que se presentaron en la playa Lobito a ver al Papa contradecían las altas expectativas de hasta un millón de asistentes. La respuesta de los chilenos fue fría, y Bergoglio lo sintió. En una de sus paradas, sus palabras sobre el obispo Juan Barros, acusado de encubrir abusos, desataron una tormenta mediática.
Un Giro en la Agenda del Vaticano
Aunque en el vuelo de regreso, Viganó, prefecto de la Secretaría de Comunicaciones del Vaticano, parecía satisfecho con la visita, la situación real era otra. Las críticas surgieron casi de inmediato; las declaraciones del Papa en la playa Lovito eran el centro de atención mientras se dirigía a Lima.
Aquella visita, que estaba destinada a restaurar vínculos con los fieles, terminó en un escándalo que reformularía las prioridades papales, llevando el tema de los abusos a la cabeza de la agenda del Vaticano.
Reacciones y Consecuencias
La incomodidad en el Vaticano se incrementó tras el viaje. Varios miembros de la curia empezaron a cuestionar si realmente Francisco estaba tomando en serio la crisis de abuso en la Iglesia. Apenas días después de regresar, el cardenal Sean O'Malley publicó una crítica abierta, señalando el dolor que causaron las palabras de Francisco a las víctimas.
Por su parte, el informe de 2,300 páginas elaborado por el arzobispo Charlie Scicluna reveló la gravedad de la situación, llevando al Papa a pedir disculpas públicas y a convocar a todos los obispos chilenos a Roma, marcando así el comienzo de un cambio significativo en su papado.
Un Nuevo Comienzo
En una clara señal de que el escándalo en Chile había alterado el rumbo de su pontificado, Francisco organizó una cumbre sobre la protección infantil en 2019. Este evento, impulsado por la presión mediática y las críticas internas, selló el cambio en las prioridades del Papa, pasando de debates sobre la familia a un enfoque serio en la protección de menores.
El viaje a Chile se convirtió en un punto de inflexión, no solo para la vida de Francisco como Papa, sino para toda la Iglesia Católica. Su impacto resonaría más allá de las fronteras chilenas, reconfigurando el discurso sobre el abuso sexual en la Iglesia a nivel mundial.
Conclusión
Así, en el contexto de una aguda crisis, el viaje a Chile no solo reveló las heridas aún abiertas en la Iglesia, sino que también ofreció una oportunidad para que Francisco iniciara una nueva era de responsabilidad y cambio, reconociendo que la redención y la justicia son imprescindibles para la restauración de la fe.