En una sorprendente coincidencia, parlamentarios de todos los grupos políticos, tanto de oficialismo como de oposición, han manifestado su consenso sobre la urgente necesidad de lograr la extradición de Pablo Muñoz Hoffman. Este exmiembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que ha estado prófugo de la justicia durante casi 30 años, debe regresar a Chile para enfrentar los cargos que pesan en su contra.

Esta semana, la Corte Suprema deberá decidir si procede la extradición de Muñoz Hoffman, quien fue localizado recientemente en La Paz, Bolivia, por la Oficina Central Nacional de Interpol en Chile. El exfrentista, conocido como “el Yacuca”, fue condenado en 1993 por su participación en actividades terroristas, incluidos un intento de robo a un camión de valores y el asesinato del senador Jaime Guzmán, un crimen que marcó profundamente la historia política de Chile.

Muñoz Hoffman, en una audaz fuga en 1996 de la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago junto a otros tres frentistas, ha permanecido en la clandestinidad hasta su arresto temporal el pasado 6 de enero. A pesar de su captura, fue liberado poco después por las autoridades bolivianas, generando una ola de críticas y llamados a la acción de diversos sectores políticos.

Iván Moreira, senador de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores, subrayó que es crucial que Muñoz Hoffman se presente ante la justicia chilena y cumpla con la ley. Mientras tanto, Tomás de Rementería, diputado socialista, ha exigido una extradición rápida, pues teme que el exfrentista vuelva a desaparecer en la clandestinidad. Su mensaje es claro: el tiempo corre y la justicia no puede esperar.

Félix González, del Partido Ecologista Verde, también hizo hincapié en que no debería existir justificación alguna para que Muñoz Hoffman evite un juicio justo en Chile. La sociedad chilena está a la expectativa, ya que este caso representa no solo la búsqueda de justicia sino también el cierre de heridas del pasado.

Por su parte, el abogado de Muñoz Hoffman, Alberto Espinoza, ha mantenido un perfil bajo, afirmando que no ofrecerá declaraciones hasta conocer completamente el informe del fiscal de la Corte Suprema y los detalles del caso. Sin embargo, ha insinuado que podría argumentar la prescripción de los delitos, una posición que no ha dejado de generar controversia en el ámbito público.

Con la atención del país centrada en la decisión de la Corte Suprema, queda claro que el futuro de Muñoz Hoffman se debatirá entre las sombras del pasado y la luz de la justicia actual. La pregunta persiste: ¿Logrará la justicia chilena traerse a casa a uno de los fugitivos más notorios del país? ¡Los acontecimientos se desarrollan rápidamente!