Un crimen desgarrador ha conmocionado a la comuna de Conchalí, donde Soraya Alcaíno Cortés, una joven odontóloga de 26 años, se vio envuelta en un trágico malentendido que terminó con la vida de un hombre inocente.

Todo comenzó cuando Soraya, recién egresada de la Universidad Católica, fue víctima de un robo donde le quitaron su celular. En un acto impulsivo y lleno de rabia, decidió perseguir a su asaltante, dejando de lado la razón. La joven abordó su auto y, en un arrebato de desesperación, comenzó a buscar al ladrón por las calles aledañas.

Los testigos relatan que su búsqueda la llevó hasta una zona cerca de Vespucio, donde, al ver a Héctor Mauricio Navarrete González, un hombre de 48 años, creyó que él era el responsable del asalto. A pesar de que el hombre intentó explicarle, diciendo repetidamente “yo no te robé, yo no tengo nada”, la odontóloga, en un estado de gran alteración, sacó una navaja de uso militar y lo hirió en el tórax.

Un testigo presente en la escena exclamó: “¡Amiga, relájate, lo vas a matar!”, pero su advertencia fue ignorada. Soraya solo gritaba: “¡Estoy aburrida de que me roben!” y acusó a Héctor de ser el culpable de su sufrimiento.

Lamentablemente, Héctor no sobrevivió al ataque y falleció minutos después, mientras que Soraya abandonó la escena, dejando atrás un escenario de caos y tragedia.

Este caso ha desatado un profundo debate sobre la creciente ola de delincuencia en el país y las consecuencias de dejarse llevar por la ira en momentos de crisis. Muchos se preguntan: ¿Hasta dónde puede llegar una persona impulsada por el miedo y la desesperación? En este episodio, una vida se perdió, y una mujer, ahora embarazada, enfrenta un futuro incierto, marcado por la culpa y el dolor de sus acciones. La comunidad exige justicia y reflexiona sobre la violencia que afecta día a día a las personas en las calles.