La controversia alrededor del Chevrolet Groove se intensifica tras su deplorable calificación de 0 estrellas en las pruebas de seguridad de Latin NCAP. Este modelo ha suscitado serias preocupaciones sobre la seguridad de sus ocupantes, provocando reacciones contundentes en el ámbito gubernamental y entre los consumidores.

El ministro de Transporte, Juan Carlos Muñoz, salió a la palestra defendiendo los estándares de seguridad para los vehículos comercializados en Chile. Sin embargo, el Automóvil Club de Chile ha decidido tomar una postura más firme, emplazando al Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) a que tome medidas contundentes contra los representantes de Chevrolet en el país.

Alberto Escobar, director de Movilidad del Automóvil Club, expresó su asombro ante la aparente "pasividad" del Sernac frente a los reclamos sobre la seguridad del Groove, mientras que la misma institución ha actuado rápidamente ante quejas menos críticas, como las vinculadas a productos de belleza. "Es alarmante que un auto que está siendo adquirido por más de 3.800 personas cada mes represente un riesgo significativo de fatalidades o lesiones en accidentes de tránsito", agregó Escobar, refiriéndose a la venta generalizada del Groove.

Además, Escobar criticó la falta de interés de las autoridades chilenas en proteger a los ciudadanos, afirmando que la situación respecto a la seguridad vial en el país ha sido normalizada, a pesar del impacto social y económico que esto conlleva. Señaló que el modelo de Groove utilizado en las pruebas de seguridad en realidad fue comprado en Chile, lo que pone de manifiesto la existencia de vehículos inseguros en el mercado que hasta ahora han pasado desapercibidos para el Estado.

El clamor por una revisión de los estándares de seguridad no se limita solo al Sernac, sino que también se extiende al Ministerio de Transportes. Escobar mencionó que sorprende la inacción del ministerio ante casos similares, recordando que este no es un incidente aislado; otros vehículos en el país han obtenido resultados igualmente alarmantes en pruebas de seguridad.

"Chile ha suscrito compromisos internacionales para reducir los accidentes viales, incluyendo la mejora de los estándares de seguridad vehicular. Sin embargo, parece que estos compromisos se ignoran", apuntó Escobar.

Entre las propuestas del Automóvil Club para abordar esta crisis se encuentra la urgente necesidad de revitalizar un proyecto de etiquetado de seguridad vehicular, que proporcionaría a los consumidores información clara y objetiva sobre la seguridad de los automóviles. También instaron a adoptar regulaciones basadas en recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la certificación de vehículos; regulaciones que, según Escobar, fueron planteadas hace más de 20 años, pero que han sido descuidadas en el país.

En este contexto, la situación del Chevrolet Groove en Chile no solo representa un desafío para las autoridades, sino que también pone en entredicho la seguridad de miles de conductores y pasajeros. ¿Qué decisiones tomarán los organismos responsables ante este escándalo? La respuesta es incierta, pero la presión por un cambio es más fuerte que nunca.